El consejo de administración de El Corte Inglés acordó ayer el nombramiento de Dimas Gimeno, de 39 años edad, como nuevo presidente de la compañía, pero eso no quiere decir que el relevo en el gigante de los grandes almacenes se haya completado del todo. Queda pendiente todavía la designación del nuevo presidente del Patronato de la Fundación Ramón Areces, una institución sin ánimo de lucro que controla alrededor de un 35 por ciento del capital de la empresa. Lo lógico -todo indica además que será así- es que Dimas Gimeno asuma también la presidencia de esta organización. Con ello se repetiría el esquema de reparto de poder que se estableció ya a la muerte de Ramon Areces, cofundador y expresidente de la empresa, en 1989. Fue en ese momento cuando Isidoro Álvarez, que como Gimeno hasta ahora era consejero director general, accedió a la presidencia no sólo de la empresa, sino también del patronato. Un 55% de las acciones Las fuentes consultadas por este periódico explican que Álvarez se aseguró con ello el control total de la compañía al tener poder de decisión sobre una mayoría clara, de aproximadamente un 55 por ciento de las acciones, si se suma las que heredó a título individual. Al no ser una sociedad cotizada se desconoce la participación que pudiera tener Gimeno. Es más, hasta que no se haga público el testamento de Isidoro Álvarez, seguirá siendo también una incógnita si ha cedido parte de sus acciones a la Fundación Ramón Areces. Controlar el Patronato de ésta resulta en cualquier caso clave para tener el poder en las juntas de accionistas, más allá de la presidencia del consejo de administración. El reto pendiente En juego están a partir de ahora las grandes operaciones corporativas que se puedan llevar a cabo, especialmente en el ámbito de la internacionalización. En El Corte Inglés hay directivos que están convencidos de la necesidad de abordar cuanto antes el proceso dada la madurez del mercado español -el propio Isidoro Álvarez insistió en ello en la última junta de accionistas-, pero hay también quien se muestra más cauto, teniendo en cuenta la gran inversión que supone la apertura de un gran almacén y los problemas logísticos que podría acarrear. La gran duda que se plantea, por otro lado, es si el nuevo presidente apostará sólo por el crecimiento orgánico o como sus antecesores recurrirá también a las adquisiciones para salir fuera de España. Aunque siempre en el ámbito nacional, durante la gestión de Álvarez se acometieron, de hecho, las compras de Galerías Preciados en 1995, y de cinco hipermercados de Carrefoury nueve centros comerciales del grupo británico Mark& Spencer, después de que éste cesara sus operaciones en España, ambas operaciones materializadas en 2001. De un modo u otro, la historia de aquel pequeño comercio, que arrancó en 1935 dedicado a la sastrería y confección por Ramón Areces tras su vuelta de La Habana, resurge ahora son savia nueva.