L os principales accionistas del nacionalizado BES debían estar buscando el santo grial de la banca como Jenaro García buscaba el del wifi, aunque en ambos casos la imagen fiel no era ni imagen ni mucho menos fiel. Habría que estar muy puesto de ginebra, y no me refiero a la amante de Lancelot, eterno buscador de griales, para no barruntarse las dificultades por las que atravesaba el santo banco. Vemos, pues, como la contabilidad es una ciencia tan inexacta que la auditoría se convierte en un arte tirando a rupestre y la supervisión en la ciencia del llegar tarde. La patada hacia adelante, cuyo campeón del mundo fue Fernández Ordóñez, ha sido tan bien interpretada por el Banco de Portugal que acabará en patada a los contribuyentes portugueses, como las de Ordóñez se acabaron dando a los españoles. De los 4.900 millones de recapitalización, 4.500 millones vienen de la Troika en forma de préstamo y es dudoso que el rápido proceso de reprivatización que se pretende, del que es lógico ahora mismo dudar, dé como para devolver todo ese dinero. Ya sabemos en España que no da y también sabemos que tampoco lo primero que se dice necesitar es todo lo que hace falta, así que es mejor que se relajen en el país vecino pues acaban de meter la cabeza en un agujero y ya veremos qué tan profundo es. Cuando la matriz del BES entra en dificultades, se intentó despistar diciendo que era esa sociedad financiera la que contagiaba al banco, pero eso sólo se lo tragaron los más crédulos, porque un simple vistazo al balance y cuenta de resultados te decía que ahí había más tomate del que parecía, sobre todo cuando se observaban pérdidas recurrentes y una dependencia del BCE y del interbancario muy sospechosa. Pues bien, las pérdidas estaban tan infravaloradas que las cuentas parecían echadas por Jenaro, que ya sabemos que come una y cuenta veinte con su gestión en modo parchís. Pero la banca no es un juego aunque haya estado, y quizás de algún modo en parte pueda estar, en manos de ciertos tahúres que juegan a la contabilidad de la señorita Pepis y saben mover el balance para que no refleje lo que ha de reflejar, sino lo que conviene, y hasta que el cuerpo aguante, pues para cuando llegue el supervisor, si es que llega, los dineros habrán fluido aquí y allá. Eso de la supervisión única es imprescindible y resulta curioso comprobar cómo se va a barrer en casa lo que podrían haber barrido fuera. Ahora crean un banco malo para mantener bajo palio espiritual todos los enjuagues habidos y por haber y separar el trigo de la paja y que no sea vista por ojo ajeno. ¿Este nuevo caso nos debe hacer dudar de la salud del resto de la banca? Es obligado decir que no, pero no porque haya razones para pensar que es que no, sino por puro sentido de la responsabilidad, ya que sale mucho más caro decir que sí. Cuando uno ve las cuentas de la banca se observan entre ejercicios todos los maquillajes en forma de venta de activo, realización de atípicos, dinero del BCE y demás. Todo legal y todo normal, pero es obvio que un banco es un negocio que funciona con las cartas marcadas y a cuyos empresarios se les ayuda directa e indirectamente de tal forma que cuando algunos sacan pecho le entran a uno, a veces, ganas de vomitar. Nos dicen que los accionistas principales van a perder todo, pero en realidad quienes van a perder todo son los minoritarios y los tenedores de deuda subordinada, que son los que en esta crisis han pagado los platos rotos y ha sido llevados al matadero. Porque salvar un banco y a los tenedores de deuda senior no tiene precio, para todo lo demás está el contribuyente. Quiénes tenían el control de la gestión de bancos rescatados deberían ser investigados con tal profundidad que no hubiera euro que escapara a la fiscalización, pero igual que Jenaro paga su fianza con el producto de su engaño, cualquier banquero quebrado puede hacer lo mismo y las ganas de investigar son inversamente proporcionales a la influencia política y económica de los investigados. Teniendo como tenemos en España a presidentes de cajas de ahorros quebradísimas paseando sus cuerpos serranos al sol sin despeinarse, como cualquier Jenaro de imposible despeine, no podemos dar lecciones a nuestros vecinos de nada. Ancha es Castilla, y Portugal, desde que en tiempos de Felipe IV se arruinara la no muy larga unión ibérica, elige, bajo el paraguas de Europa, su propio destino, como se ve no muy diferente del nuestro.