El resultado alcanza los 5.250 millones, empieza a empujar el crédito y se amplía la renta por clienteCon la reactivación económica han comenzado a descender los impagos, a aumentar de forma tímida la formalización de nuevos créditos, se colocan más productos y servicios generadores de comisiones y los márgenes bancarios van a más. Sin embargo, la última línea de las cuentas de la gran banca, las que sirven de referencia para retribuir al accionista, no lo reflejan aún. El beneficio conjunto de los siete grandes (Santander, BBVA, Bankia, Caixabank, Sabadell, Popular y Bankinter) se situó en 5.250 millones de euros en el primer semestre frente a los 6.232 millones logrados en igual periodo del pasado ejercicio. La ganancia se ha reducido un 15,75 por ciento, inferior en todo caso al 20 por ciento anotado en marzo, por factores atípicos: plusvalías que no se han repetido y una apreciación del euro frente a otras divisas que desluce e, incluso anula, la pujanza de BBVA y Santander en otras geografías. En particular la ganancia de BBVA cae un 53,9 por ciento porque en 2013 cosechó más de 400 millones en plusvalías, ahora inexistentes. La de Caixabank se resiente un 25,3 por ciento por la ausencia de los impactos de la integración de Cívica y Banco de Valencia, y en Popular cae el 24,60 por ciento, si bien por su inclinación a continuar alimentando el colchón de dotaciones frente a imprevistos. En contraste, la ganancia de Bankia se dispara el 48 por ciento tras realizar grandes desinversiones. En todo, caso el dato de retroceso es engañoso ya que la calidad del negocio y cuentas mejora. Tras las fortísimas provisiones efectuadas -de más de 98.900 millones entre 2012 y 2013, los saneamientos parecen haber dejado de preocupar y la expectativa del sector es que gradualmente vayan perdiendo peso. La partida de provisiones aún consume 11.825 millones, pero resta un 18,9 por ciento menos que en igual periodo del año pasado. El alivio no es arbitrario. Por vez primera en la crisis, parece contenida la hemorragia de impagos crediticios y los bancos comienzan a soltar a buen ritmo lastre inmobiliario. Se venden más viviendas Se venden más pisos, no solo en el Levante, sino también en grandes ciudades como Madrid, y la mayor demanda está permitiendo a la banca aplicar descuentos inferiores , y ahorrarse la factura de saneamientos sufrida en ejercicios anteriores. La morosidad continúa alta: oscila entre el 4,96 por ciento envidiable de Bankinter y el 14 por ciento de Bankia, pero todas las entidades constatan una reducción. En todo caso, mientras que el paro continúe por encima del 24 por ciento y la economía no coja impulso de manera decidida, el problema sigue latente. Los banqueros descartan su normalización 2015 ó 2016 y la hucha de dotaciones se mantiene intacta aunque las perspectivas mejoren por el deseo también de pasar sin apuros los exámenes del Banco Central Europeo (BCE). Dar portazo a la recesión y que el esfuerzo de saneamiento culminase en 2013, ha favorecido la vuelta del crédito porque es la única vía, junto a la recaudación por comisiones y abaratar el coste del pasivo, para volver a ser un negocio rentable. El saldo de la cartera de crédito de la gran banca retrocede aún un 2,44 por ciento -incluída la actividad internacional de los grandes-, pero casi todos admiten avances y firmar hipotecas por un volumen superior a las de otros meses. Depósitos y comisiones Una situación que, junto al recorte paulatino de la remuneración de los depósitos, ha permitido frenar la caída del margen financiero, que refleja la gestión del negocio típico bancario. La retribución media para el dinero fresco captado en depósitos se ha desplomado desde el 2,83 de 2012 al 0,98 por ciento, gracias a que el Banco de España prohibió la guerra del pasivo en 2013. Es decir, renta tres veces más, y su pérdida de atractivo ha ayudado a la banca además a migrar parte de esos recursos a productos más sofisticados y generadores de comisiones como los fondos o seguros.