Transmite a De la Vega su voluntad de que la compañía siga en el país andinomadrid. Una de cal y otra de arena. Parece ser que esta táctica es la que sigue el gobierno boliviano con Repsol YPF. Si este fin de semana Evo Morales aseguraba que no necesita "ni patrones, ni dueños", tras ser intervenidas judicialmente el viernes las oficinas en La Paz de Andina, la filial la petrolera hispanoargentina, ayer suavizaba su discurso tras hablar con la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.El presidente de Bolivia ha expresado a Fernández de la Vega su voluntad de que Repsol YPF permanezca en el país andino. El Gobierno español se ha puesto en contacto en varias conversaciones telefónicas tanto con Evo Morales como con el vicepresidente del país Álvaro García Linera.El gobierno andino le ha ratificado a la vicepresidenta primera que se cumplirán todos los puntos acordados durante la visita de María Teresa Fernández de la Vega hizo a Bolivia este verano.Optimismo españolEl pasado 2 de agosto la representante del Gobierno español y Evo Morales se reunieron en La Paz. Tras el encuentro, tanto las autoridades bolivianas como las españolas se mostraron optimistas sobre el futuro de Repsol en Bolivia. La petrolera tiene que cerrar un nuevo contrato con el país andino antes de que finalice el plazo estipulado por el decreto de nacionalización de los hidrocarburos, que expira el próximo primero de noviembre.El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, también habló telefónicamente con Bolivia el pasado fin de semana para apaciguar la crisis y se mostraba ayer optimista. El político aseguró que las autoridades bolivianas han ofrecido su "compromiso político" para "encontrar una solución" mediante "el diálogo". Viaje a EspañaBolivia quiere limar asperezas con el gobierno español y estudia mandar a España en octubre al vicepresidente del país, Álvaro García Linera, para intentar buscar soluciones al conflicto. Fuentes oficiales bolivianas explican que el viaje será similar al realizado la semana pasada por el vicepresidente a Brasilia para encauzar las relaciones tras la polémica por el precio del gas y la situación de Petrobras, informa Europa Press.