El mercado baraja ya ayudas para el banco, arrastrado por su mayor accionistaNi el mensaje tranquilizador del Banco Central de Portugal ni la prohibición de los cortos han calmado los temores del mercado sobre Banco Espírito Santo. Sus acciones se desplomaron ayer un 4,6 por ciento por el miedo a que tenga que verse obligado a canjear deuda por títulos o, incluso, a reclamar ayudas del Estado a pesar de la reciente ampliación de capital realizada en mayo por 1.000 millones. Con el descenso de ayer, la cotización de uno de los principales bancos del país vecino pierde esta semana un 18 por ciento. En poco más de un mes, el desplome alcanza el 50 por ciento. Y sus CDS (riesgo de impago) se ha disparado en casi 100 puntos desde el lunes. Los problemas para la entidad se suceden. Su principal accionista, con un 25 por ciento, el holding Espírito Santo Internacional, está analizando distintas medidas, entre ellas reclamar a sus acreedores aplazar el pago de las deudas y canjear ésta por acciones. La crisis de la familia Espírito Santo, una de las más influyentes del país vecino, no sólo está afectando a sus empresas. La prima de riesgo de Portugal se ha disparado en las últimas sesiones, y la bolsa de Lisboa ayer bajó más de un 2 por ciento mientras el resto de parqués europeos repuntaban. Las dudas son enormes, a pesar de la escasa exposición del banco con las empresas de la familia, que son las que presentan presuntamente irregularidades y problemas de liquidez. "La gran cuestión es si el Gobierno tendrá que intervenir", explica a Bloomberg el analista Steve Hussey, de AllianceBernstein. "¿Costará dinero? ¿Tendrá que intervenir para evitar repercusiones sistémicas?", se pregunta. Banco Espírito Santo es la única gran entidad que no ha necesitado ayudas estatales en Portugal durante la crisis. Es más, ha levantado 3.300 millones de capital entre inversores privados para reforzarse en los últimos años. Hay que recordar que Portugal ya recibió un rescate por parte de la Unión Europea tanto para sanear su sistema financiero como para arreglar las cuentas públicas. Cambio en la cúpula La semana pasada, el Banco Central tuvo que lanzar un mensaje de tranquilidad, en el que garantizaba la solvencia de la entidad, que a finales de mes verá como la saga familiar deja la dirección por las irregularidades detectadas en sus compañías, con Ricardo Salgado a la cabeza. Los Espírito Santo están inmersos en un proceso de venta de activos para intentar salvar su holding. Pretende deshacerse de su cadena de hoteles, de su aseguradora e, incluso, no se descarta que de parte de su participación en el banco, que está controlado directamente por una de sus subsidiarias (Espírito Santo Financial Group). Esta última sociedad se vio afectada por la situación de la matriz. Se hundió otro 11 por ciento en el mercado y Moody's rebajo tres escalones su calificación crediticia. La agencia estadounidense sostiene que los problemas de algunas sociedades del grupo "han sido el catalizador del debilitamiento de la solvencia de la matriz los últimos meses". Asimismo, destaca la "falta de transparencia" respecto a la posición financiera de ESFG y el alcance de los vínculos en el seno del grupo han acentuado las preocupaciones de Moody's. Y Portugal Telecom, participada y, al mismo tiempo, acreedora con 900 millones, descendió más de un 5 por ciento. Hace dos semanas se conoció que la operadora había adquirido títulos de deuda de la sociedad patrimonial de la familia, Rioforte, ante las dificultades para captar dinero entre otros inversores. Tanto Espírito Santo Internacional como Rioforte cuentan con elevados vencimientos de deuda en el corto plazo, valoradores en unos 3.000 millones. No obstante, una rápida venta de algunas participaciones podría aliviar la situación y salvar el holding. Compañías españolas están analizando ya los cuedernos de venta de, al menos, la aseguradora Tranquilidade, y la cadena Iberostar se encuentra en la fase final de la puja por los hoteles Tivoli.