Según Goldman Sachs, el liderazgo de los dos bancos podría generar conflictos de gobierno MADRID. Hasta ayer por la tarde, una unión de Banca Intesa y Sanpaolo IMI sólo podía ser un inconveniente para la banca extranjera. Su mercado tradicional, el italiano, lleva dos días festejando la noticia, como lo ha reflejado la bolsa italiana. Sólo en acciones del Sanpaolo IMI se movieron ayer más de 1.000 millones de euros y la entidad clausuró la sesión con una subida del 3,49 por ciento, mientras que Intesa tuvo un incremento más moderado del 0,82 por ciento, tras dispararse en la jornada anterior el 7,6 por ciento. Pero un informe de Goldman Sachs ha planteado los primeros interrogantes a esta operación, que daría lugar al segundo grupo bancario italiano por activos (549.700 millones de euros), por detrás de Unicredito, y al octavo europeo por capitalización bursátil (65.027 millones de euros). Según el banco de inversión, el nuevo gobierno corporativo del grupo financiero podría generar un problema a la hora de organizarse, "debido al fuerte liderazgo que tiene cada una de las entidades y sus diferentes estructuras de gestión". De momento, Banca Intesa y Sanpaolo parece que han llegado a un acuerdo preliminar. El número uno de Sanpaolo presidirá el nuevo grupo y el consejero delegado será el mismo que el de Intesa, Corrado Passera. Además, se diseñará una sociedad dual, con dos órganos de gobierno: el consejo de vigilancia y el de control. Pero para Goldman Sachs ese no es el único inconveniente de la unión del segundo y tercer banco italiano. El otro problema surge por los pactos de distribución en gestión de activos y seguros, "ya que son un potencial foco de conflictos de intereses entre la francesa Crédit Agricole y Eurizon". La primera de estas entidades es la principal accionista de Banca Intesa, con el 18 por ciento, y Eurizon es el área donde se integra el área de gestión de activos y seguros. La cara 'bella' de la fusiónEl informe de Goldman Sachs confirma lo que un día antes era el murmullo generalizado en el sector financiero: el grupo resultante tendrá un carácter marcadamente italiano. Según los cálculos de la firma, Crédit Agricole seguirá siendo el principal accionista, aunque su participación se diluirá al 8 por ciento, mientras que el Santander se quedará con el 4 por ciento, frente a su actual 8,5 por ciento en Sanpaolo. Y sin lugar a dudas, el grupo resultante tendrá un elevado componente italiano en su accionariado, a través, por ejemplo, de las fundaciones. Según Goldman, éstas contarán con el 22 por ciento. Una fuerte presencia que no será tan evidente ya que, según los cálculos de la firma de inversión, Crédit Agricole seguirá como principal accionista.El informe también destaca la fuertes sinergias de las dos entidades, con una estructura centralizada y la racionalización de las redes de sucursales. Según Goldman, se solapan 300 oficinas. Sin embargo, tendrá que ser el Banco de Italia, entre otros, quien apruebe esta operación, tras estudiar detenidamente la operación y leer la opinión de los bancos de inversión. Curiosamente, el nuevo supervisor italiano, Mario Draghi, procede de Goldman Sach, el banco responsable de este informe.