La familia Espírito Santo, una de las más influyentes de Portugal, atraviesa en estos momentos una etapa de fuertes de turbulencias. Su imperio se tambalea por los problemas de liquidez por elevado endeudamiento y las investigaciones contables que están llevando a cabo las autoridades del país y de Luxemburgo. Su situación, aún siendo muy complicada, tiene posibilidades para solucionarse de una manera relativamente rápida. Eso sí, a costa de reducir su enorme patrimonio. Es decir, vendiendo las joyas de la corona de uno de los principales grupos empresariales del país vecino, cuyo buque insignia es el 25 por ciento de Banco Espírito Santo. La entidad, a diferencia de lo que sucede con otros activos del 'holding', se encuentra en una posición de solvencia holgada, sobre todo después de la reciente ampliación de capital de 1.000 millones, tal y como indicó el Banco Central de Portugal esta semana. Para evitar cualquier tipo de contagio del grupo al banco, éste último ha adoptado medidas para taponar una epidemia. Así, los riesgos asumidos con sociedades del 'holding' cuentan con las garantías superiores. La exposición se limita a la venta de productos de deuda a través de la red de sucursales a clientes por 500 millones en Portugal. Nada en España. El aval asciende a 700 millones. El cortafuegos ha sido tal, que el banco apenas ha concedido préstamos a las empresas de la familia, a pesar de que ambos comparten a sus principales directivos, como el presidente Ricardo Salgado. Únicamente tiene registrado un crédito totalmente garantizado de 900 millones al grupo financiero, donde se encuentra el propio banco y las compañías aseguradoras, y a Rioforte. Pero, no hay ninguna línea de financiación a la cabecera del grupo, ES Internacional, que es la que presenta las mayores dificultadas. Eso sí, la crisis de la saga podría ocasionar problema reputacional. La confianza en el sector financiero es fundamental, por lo que la familia Espírito Santo debería actuar de una forma contundente. Por ahora están trabajando en la desinversión de algunas de sus posesiones y en conseguir una reestructuración de su deuda. A corto plazo le vence el pago de 3.000 millones. Principales joyas El grupo ya está sondeando el mercado para colocar próximamente varias de sus propiedades. La más destacada es la compañía aseguradora Tranquilidade, que le podría generar un flujo de caja de entre 350 milones y 400 millones de euros. Algunas firmas españolas están analizando los datos para poder hacer una oferta por la firma portuguesa. Otra también de gran importancia es la cadena hotelera Tivoli, que cuenta con doce establecimientos en su país de origen y dos en Brasil. El proceso de desinversión de esta compañía está más avanzado y le podría reportar algo más de 300 millones. Uno de los principales candidatos para hacerse con Tivoli es precisamente el español Iberostar, que ha acudido a la puja con varios socios financieros. La cadena turística balear compite en la subasta con el luso Pestana. La fortuna de la saga se encuentra entre las cinco mayores del país vecino. Su riqueza, heredada y amasada durante cinco generaciones, cuenta con multitud de activos en distintos sectores, desde plantaciones agrícolas, 53.000 cabezas de ganado en Paraguay, hospitales, un operador turístico, una inmobiliaria de lujo y, principalmente, el 25 por ciento de Banco Espírito Santo. Esta última participación tiene un valor cercano a los 1.000 millones. ¿Venta de los títulos del banco? Una de las opciones para mejorar su situación por su liquidez en el mercado y su importe podría pasar también por la venta de una porcentaje del banco, sobre todo después de que a finales de julio los miembros de la familia abandonen su estructura y su influencia en la gestión y administración. La vía de una reducción de su peso en el accionariado del banco ha sido apuntada, entre otros, por los analistas de Citi en un informe de esta misma semana. De hecho, indica que esta posibilidad es la que está provocando una presión bajista extra sobre la cotización de la entidad, que se suma al cambio de la cúpula y la crisis de la familia que ha llevado sus riendas prácticamente desde su creación. Citi considera que los títulos están en un nivel atractivo de compra, a pesar de que el regulador luso ha prohibido la operativa de los cortos para impedir las bruscas caídas en bolsa en varias de las últimas jornadas. Una asamblea extraordinaria de Banco Espírito Santo decidirá el último día de este mes el nombramiento de un nuevo presidente no ejecutivo y un consejero delegado. El histórico Ricardo Salgado, actual máximo responsable, dejará todos sus cargos. El banco, por tanto, afrontará a partir de ahora un nuevo escenario después de haber culminado una ampliación de capital para aprobar sin problemas los test de estrés europeos. Las incertidumbres de los analistas sobre la gestión de Salgado no sólo afectan a las compañías no financieras. La filial bancaria de Angola está en ojo del huracán, a pesar de buena parte de sus inversiones cuentan con plenas garantías del estado, principalmente las líneas de financiación otorgadas para proyectos de desarrollo del país africano, antigua colonia de Portugal. A diferencia de lo que sucede con otras filiales, sobre la franquicia española no existe ningún tipo de inestabilidad. La actividad en nuestro país está lejos de cualquier sospecha. Cuenta con liquidez suficiente tras la captación de recursos de los clientes en los últimos años. Esta situación es positiva para el sistema, tan castigado en los ejercicios 2012 y 2013.