madrid. La reforma de la tarifa nocturna representará la nueva batalla entre el Ministerio de Industria y la Comisión Nacional de Energía (CNE). La cartera que dirige Miguel Sebastián está a la espera de la valoración del regulador energético, que no escatimará en críticas a la nueva propuesta de orden ministerial. Fuentes del consejo del regulador que preside Maite Costa explicaron a elEconomista que mañana se conocerá el veridicto del regulador. El organismo que preside Maite Costa tendrá en cuenta el informe jurídico realizado por los servicios técnicos de la CNE, que resalta la "clara inseguridad jurídica" de la reforma. Pero el organismo se reserva un as en la manga: el impacto económico para las familias. Las asociaciones de consumidores ya han advertido de que el nuevo sistema encarecerá en cerca de 140 euros anuales a los usuarios de tarifa nocturna. La reforma consiste en la sustitución a partir del 1 de julio de la tarifa nocturna por otra de discriminación horaria. Hasta el momento, los usuarios de esta tarifa se beneficiaban de un descuento del 55% en "las horas valle" --entre las 23 y las 7 horas--. Con el nuevo sistema, se amplía de ocho a catorce el número de horas valle y se reduce ligeramente, al 47 por ciento, la bonificación por consumir en ese periodo. Por otro lado, Pedro Rivero, presidente de la patronal eléctrica Unesa, no se mordía la lengua ayer a la hora de pedir un mercado real de la energía. Ministerio versus regulador Rivero decía, con motivo de su intervención en una jornada organizada por el Consejo Económico y Social, que "estamos viendo cómo se manipula el precio desde la regulación". En respuesta, Maite Costa, presidenta de la CNE, contestó que "la regulación es necesaria para establecer los precios". Mientras, el Ministerio de Industria continua sin devolver a la Comisión la nueva propuesta de tarifas.