Intesa y la entidad participada por el banco español mantienen conversaciones para su fusiónSi el Santander sale del banco transalpino podría obtener una ganancia neta de 1.000 millonesmadrid. Hace más de diez años que el antiguo Banco Santander empezó su particular odisea hacia Ítaca entrando en Italia. Lo hizo como parte del núcleo estable de accionistas del instituto San Paolo di Torino, hoy conocido, tras una serie de fusiones, como Sanpaolo IMI. Una década después, el Santander podría empezar a preparar su viaje de vuelta. Banca Intesa, uno de los gigantes bancarios de Italia, quiere quedarse con el Sanpaolo. Las conversaciones fueron reconocidas ayer ante el árbitro de los mercados italianos, la Consob, por las dos entidades, cuyos consejos de administración celebrarán sendas reuniones mañana para fletar el barco que las lleve a su unión. Si sale adelante, al mirar por la proa es posible que vean la embarcación de Botín de vuelta a España. De ser así, no se iría con los bolsillos vacíos. En el equipaje puede llevarse más de 1.000 millones de euros en plusvalías por su 8,42 por ciento en Sanpaolo, según el cierre de cotización de ayer del banco italiano, que se revalorizó más del 6 por ciento en la jornada. Además, el Santander se quedó hace años con el cien por cien del negocio de financiación al consumo del Sanpaolo que garantiza su presencia en Italia. A la vista de estos datos, parece cierto lo que decía el poeta de que lo importante no era llegar a Ítaca, sino el viaje. Atrás quedan las declaraciones del consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, sobre su intención de aumentar la presencia en Sanpaolo.Los términos de la fusión están ya muy avanzados. El presidente de Intesa, Giovanni Bazoli, aseguró ayer que hay un acuerdo sobre quién conducirá el nuevo grupo: "Será una sociedad dual, con dos órganos, el consejo de vigilancia y el de gestión". En principio, la entidad estará presidida por Enrico Salza, el número uno de Sanpaolo, y el consejero delegado será el mismo que el de Intesa, Corrado Passera. La operación de Intesa y Sanpaolo daría lugar a la octava entidad bancaria europea por capitalización bursátil, con lo que superaría a BBVA por poco, y a la duodécima por beneficio (ver cuadro). Contará con más de 100.000 empleados, 6.320 oficinas en el país y se consolidará como el segundo banco italiano, por detrás de Unicredito. Tras conocerse la operación, la bolsa le dio un valor a Sanpaolo de 29.266,5 millones. Con esta cifra, los analistas consideran que la fusión se concretará en una opa de Intesa sobre Sanpaolo y se pagará con acciones. Incluso pronostican un intercambio de 3,3 títulos de Intesa por cada uno del Sanpaolo.Las fronteras transalpinasPero las cifras, por abultadas que sean, no ocultan las razones que han activado la operación. De hecho, el comentario ayer en el sector financiero era que lo ocurrido, o algo similar, se veía venir. Italia no iba a permitir a otro extranjero repetir lo ocurrido con ABN Amro, que compró Antonveneta, o BNP Paribas, que se hizo con la BNL. Esta última operación se cerró cuando BBVA desistió de pujar tan fuerte por BNL y seguir golpeándose contra los muros que los italianos levantan cada vez que suenan tambores de opa fuera de sus fronteras.¿Qué opinará Bruselas de este movimiento? ¿Qué diferencias hay respecto a la operación de Gas Natural sobre Endesa o el blindaje de Francia a Danone? ¿Es más o menos estratégica la banca para Italia, la energía para España o los yogures para Francia?De momento, el primer ministro italiano, Romano Prodi, hizo ayer un paréntesis en su retiro vacacional para aplaudir la operación y esperar que "llegue a buen puerto", ya que es "algo realmente acertado para el sistema bancario. Permitirá a Italia tener dos grupos de talla internacional: Unicredito y la entidad que saldría de la operación". Pactos a la italianaEl Santander ha probado mil y una fórmulas para crecer en el Sanpaolo. La negativa constante de ministros y responsables del Banco de Italia llevaron incluso a la salida del consejo de Emilio Botín y de Juan Rodríguez Inciarte. El grupo español acabaría volviendo y cuenta con tres asientos en la actualidad. Al Santander lo que le interesaba era participar lo más directamente posible en la gestión. Y entonces vino el pacto. La alianza con otros accionistas italianos sumaba un porcentaje de control cercano al 30 por ciento y garantizaba la toma conjunta de decisiones. Dicho pacto, que teóricamente vence cuando se acabe este año, se anulará automáticamente en el momento en que exista una opa sobre la entidad, según figura en el documento que recoge las bases del acuerdo. Crédit Agricole, con el 18 por ciento de Intesa, se encuentra en una situación similar, con un pacto que logra un porcentaje de control del 43,5 por ciento. Según el presidente de Intesa, el banco francés está a favor de la fusión y no aumentará su porcentaje en el nuevo grupo.