El Gobierno topa en el 0,3% la tarifa en pagos a crédito y al 0,2% si es a débitoEl Gobierno no ha querido esperar a que Europa fije la norma y ayer anunció una rebaja tarifaria que, en la práctica, podría abaratar a la mitad las comisiones soportadas por los comercios cada vez que sus clientes deciden abonar las compras con dinero de plástico en lugar de efectivo. Aprovecha el Plan para el Crecimiento, Competitividad y Eficiencia para topar la tasa interbancaria en el 0,3 por ciento del valor de las compras a crédito con tarjeta y el 0,2 por ciento si se desembolsa a débito, frente al 0,79 por ciento máximo vigente en la actualidad. Las tarifas interbancarias son las fijadas por las entidades para repartirse entre el banco emisor de la tarjeta y el que instala el lector al comercio (TPV) los costes de procesamiento -conexiones telemáticas, fraude, cámaras de compensación, etc-. Cada entidad es autónoma para cargarlas a las tiendas o eximirlas de su abono, aunque la realidad es que se traslada. Topes en el 0,71% Según la Comisión Europea, operan como suelo en el 70 por ciento de las comisiones que el banco dueño del TPV repercute luego al comerciante. Persuadida de que es un importe excesivo, Bruselas impulsó un Reglamento para ajustarlas a los umbrales que el Gobierno adelantó ayer, convirtiendo a España en el primer país del euro en adoptarlas, sin que hay un texto firme que las regule en ámbito europeo. El tijeretazo será a la mitad: la tasa media intrasistema se sitúa aquí en el 0,71 por ciento en los pagos a créditos y en 0,28 euros a débito cuando el banco emisor de la tarjeta y el dueño del TPV no pertenecen al mismo sistema (4B, Servired o Euro 6000, que es donde se fijan dichas tasas). Pero la tarifa puede llegar a un techo del 0,79 por ciento y 0,32 euros, en los pequeños establecimientos -las tiendas con mayor operativa se benefician de precios más económicos al generan ingresos superiores y costes, por tanto, proporcionalmente inferiores. -. La comisión media que luego se traslada al comercio se sitúa en el 0,65 por ciento, curiosamente algo inferior a la tasa interbancaria, revelan las estadísticas del Banco de España. Las horquillas se mueven desde el 1,12 por ciento en compras de bajo importe al 0,42 mínimo en grandes establecimientos de alimentación, ya que el cargo varía por sectores y facturación de la tienda. El Ejecutivo argumentó que la rebaja "mejorará la rentabilidad y la financiación al comercio". La Confederación Española de Comercio (CEC) calificó de "valiente" la decisión e instó aplicarla de forma "inmediata", según Ep. Por la parte de los consumidores, el portavoz de Adicae, Fernando Herrero, reclamó al Ejecutivo que mire por los ciudadanos y "no deje al albur" de la banca que "se traslade o no" el coste que se ahorrarán los comerciantes al titular de las tarjetas como ya ocurrió entre 1995 y 2002. Un portavoz de la patronal AEB admitió que los topes están en línea con la propuesta de Reglamento europeo, ahora en tramitación, que será obligatoria en todos los Estados cuando se apruebe, y subrayaron que el Gobierno aún no ha detallado el plazo de aplicación. Sin embargo, algunas entidades consultadas expresaron preocupación por sus repercusiones. En Mastercard estimaron que es "una mala noticia para consumidores y pequeñas empresas". "Tiene poco sentido si los consumidores y pequeñas empresas acaban pagando más por sus tarjetas", indicaron en la empresa de medios de pago. La banca europea y organizaciones de consumidores como Adicae han batallado en Bruselas en contra de esta dramática bajada. La tramitación del Reglamento se paralizó por los comicios europeos y aún confían en flexibilizar sus términos antes de que sea aprobado por la Cámara y el Consejo Europeo, aunque parece difícil que logren alterar aspectos como los citados topes en tasas interbancarias. La propuesta inicial de Bruselas establecía un periodo transitorio de dos años, acordado a uno en su paso por el Parlamento, lo que disparó el temor en la banca europea por la pérdida inmediata de ingresos. Impulsar el crecimiento El Gobierno busca dinamizar el crecimiento, aliviar al comercio y atajar la economía irregular con la tesis de que abaratando los cargos, las tiendas dejarán de repudiar las tarjetas. En 2013 había 1,17 millones de TPV instalados en todo tipo de establecimientos en el país. Frente a esta tesis un experto apuntaba ayer un estudio de Moody's Analytics para Visa, que minimiza el impulso inducido. Estima que un aumento del 10 por ciento de la penetración del dinero de plástico, algo muy ambicioso, apenas elevaría un 0,30 por ciento el PIB. Las entidades han alertado de que los costes se encuentran aquilatados y aceptar ingresos inferiores irá en perjuicio del servicio -restringir el crédito incorporado al plástico, los seguros...- o deberán compensarlo en otros productos o clientes. Las tasas interbancarias se recortaron en España desde el 2,75 al 0,7 por ciento entre 1995 y 2012 y las cuotas de las tarjetas se más que duplicaron para sus usuarios. "Se pone de manifiesto que sí se pueden regular tarifas, y nos parece muy bien, pero ahora debe regular también para los consumidores", reclamó Fernando Herrero, de Adicae.