L as acerías españolas reciclaron más de 10,9 millones de toneladas de chatarra de acero en 2013. Además de ser uno de los principales productores del mundo, se mantiene como líder del reciclaje en la UE, junto con Italia y Alemania. El sector siderúrgico nacional aprovecha el 80,6 por ciento de la chatarra férrica que se pone en el mercado, frente a una media del 50 por ciento de aprovechamiento en la UE y un 40 por ciento en todo el mundo, según datos de la Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid). El reciclaje de acero resulta clave. Por cada tonelada de acero que recicla la industria siderúrgica se ahorra casi una tonelada y media de mineral hierro, un 85 por ciento de agua, un 80 por ciento de energía y un 95 por ciento de carbón y todas las emisiones contaminantes asociados a ellos. Y desde el punto de vista económico, se trata del segundo material de interés comercial, tras el petróleo y sus derivados. En el proceso de reciclado de acero a partir de chatarra férrica su rendimiento es prácticamente del cien por cien. "Ningún otro material, salvo los metales nobles, muestran un rendimiento similar", apuntan desde la patronal del sector. Las vías de recolección de este material van desde los centros de transferencia y las recogidas selectivas a la recogida a pie de calle o la separación por imanes en vertederos, entre otros. Precisamente, "el acero tiene una peculiar característica que facilita su recogida para el reciclaje: su capacidad magnética, de modo que con un electroimán puede ser separado fácilmente del resto de residuos", destacan desde Unesid. Acero, un recurso permanente El acero se puede reciclar una y otra vez, indefinidamente. La industria siderúrgica culmina el ciclo, reciclando la chatarra y fabricando con ella acero. Así, al final de su vida útil, un producto de acero se transforma en una pieza de automóvil, una viga de un edificio, un electrodoméstico, un aerogenerador, una bicicleta, o en un simple tornillo, una cuchara o una lata de conservas. El acero es un recurso permanente, un ciclo potencialmente sin fin, en el que la industria siderúrgica recicla una y otra vez el acero sin que pierda calidad y sin apenas merma. En la actualidad, se reciclan 15 toneladas de acero cada segundo en el mundo, lo que supone un total anual de cerca de 500 millones de toneladas. Para España, el objetivo de alcanzar una tasa global de reciclaje del 90 por ciento en 2050, fijado en todo el mundo, está cerca. En lo que se refiere a envases , la tasa de reciclaje española roza el 85 por ciento, diez puntos por encima del objetivo mundial para 2050. La industria siderúrgica española supone aproximadamente el 4,6 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) industrial. La producción de acero en nuestro país ascendió en 2013 a 14,2 millones de toneladas de acero bruto, con un consumo nacional de 10,4 millones de toneladas, lo que supone un importante beneficio a la balanza comercial de nuestro país. Se trata de un sector netamente exportador (el 69 por ciento del total de la producción), que alcanza el 3,5 por ciento de las exportaciones españolas de bienes. También es uno de los sectores que han realizado un mayor esfuerzo medioambiental gracias a la concienciación de todos los operadores de la cadena del reciclado del acero, como apuntan desde la patronal, Unesid, que aglutina 46 empresas que emplean a 60.000 personas -a las que hay que sumar otras 20.000 que intervienen en la recolecta de chatarra-, y que facturan en su conjunto unos 13.000 millones de euros. En la actualidad, cada tonelada de acero producida implica una inversión mediomabiental de siete euros. El retorno económico se deja notar incluso en el empleo: la siderúrgica española posee unas tasas de empleo fijo mucho más elevadas que cualquier otro sector económico en nuestro país. Colaboración ciudadana Los envases de acero (hojalata) se recuperan para su reciclaje, gracias a la creciente colaboración ciudadana, a través de la recogida selectiva municipal en el contenedor amarillo para los envases metálicos, plásticos o compuestos. Sus propiedades magnéticas lo ponen muy fácil en el proceso de separación de materiales. También es posible recuperar aquellos envases de acero que acaban en las plantas que incineran la basura doméstica para obtener energía. En España, los envases de acero domésticos alcanzaron en 2011 (la última cifra aportada por la patronal) una tasa de reciclado del 84,8 por ciento, con un total de 240.348 toneladas de residuos de envases recuperadas. En la última década el volumen de envases recogidos se ha duplicado y la tasa ha pasado del 43 por ciento en 2001 al casi 85 por ciento actual. Cataluña, Madrid y Andalucía son las comunidades con mayor volumen de recogida selectiva de envases de acero, seguidas de la Comunidad Valenciana, Galicia, Baleares y País Vasco.