El banco acumula una "hucha" por si el grupo asegurador rompe su alianzaLa alianza con CatalunyaCaixa consume recursos a Mapfre. El valor de la franquicia conjunta se ha depreciado, empujando al grupo asegurador a efectuar saneamientos antes de impuestos y minoritarios por valor de 218,53 millones de euros entre 2012 y 2013 a raíz del deterioro de los fondos de comercio. Mapfre cerró la compra del 50 por ciento de las filiales de vida y seguros generales a la antigua Caixa Catalunya en septiembre de 2010. Como contraprestación, se fijó un abono fijo de 533,57 millones y 263,96 millones en desembolsos variables, sujetos al cumplimiento de un plan de negocio como suele ser habitual en los acuerdos de bancaseguros. Un pacto de 798 millones En las cuentas de ese mismo ejercicio, Mapfre anotó que CatalunyaCaixa Vida generaba un fondo de comercio (valor por encima de su precio en libros inherente al potencial de generación de negocio) de 432,63 millones, que a cierre de 2013 se ha reducido a 178,61 millones. El de CatalunyaCaixa Assegurances Generales desciende de 97,62 a 39,88 millones. La regulación exige actualizarlos de forma anual y la revisión ha sido a la baja en 83,13 millones en 2012 y 135,4 millones en 2013, detallan los informes anuales. El negocio operado a través de las oficinas de CatalunyaCaixa se ha resentido por la crisis y la misma reestructuración del banco. La recaudación por primas anotada en las cuentas de Mapfre por la joint venture bajó un 29,76 por ciento en el primer trimestre del año, tras un 2013 y 2012 también con caídas. En casi todas las alianzas de bancaseguros en España la actividad ha sufrido la preferencia de los bancos por captar liquidez vía depósitos durante la crisis frente a la prescripción de pólizas. En ésta pesa además el que es ya el tercer intento del fondo de rescate (Frob) por subastar CatalunyaCaixa, algo que interfiere en su actividad normal. Que la realidad comercial incumpla el plan de negocio establecido tiene, sin embargo, una derivada que favorece a Mapfre: reduce el talón pactado en 2010 y ligado a objetivos, mitigando con ese ahorro el deterioro del fondo de comercio. La aseguradora tiene además la llave sobre el futuro de la alianza. El contrato le permite vender su 50 por ciento de la joint venture a CatalunyaCaixa o dejar de pagar la factura pendiente si el banco clausura la mitad o más de las sucursales, a lo que se acercará con el ajuste impuesto por Bruselas. Otra cláusula le capacita para vender también si el socio cambiaba su dueño. Eludió activarla cuando CatalunyaCaixa fue nacionalizada en 2011, pero la ocasión vuelve con la puja que se iniciará en dos semanas. Si decidiese ejecutarla, el banco tendría que pagar el mayor precio entre un 110 por ciento del valor de mercado de la filial o el 110 por ciento satisfecho por la aseguradora en su día, menos dividendos cobrados. El acuerdo de 2010 sentaba las bases para que CatalunyaCaixa ingresase 797,53 millones en total y de cumplir el plan de negocio. Al cierre de 2013, Mapfre había satisfecho 427,41 millones. Quedan 106,16 millones pendientes del importe fijo y los 263,96 millones ligados al grado de éxito de la alianza. El banco ha provisionado la potencial indemnización entre los 1.214,7 millones dotados para varias contigencias. No presupone que la ruptura vaya a producirse, sino que libera a su futuro dueño de la contingencia.