Tras el costoso esfuerzo que han hecho los empleados de Iberia, con la notable reducción de su sueldo y el aumento de la productividad, la aerolínea española ya ve la luz al final de la larga travesía que ha tenido que protagonizar durante los últimos años. Y curiosamente lo hace en un trimestre en el que sigue perdiendo dinero. Sin embargo, todo parece indicar que puede ser de los últimos en los próximos años. Los deberes ya están hechos y el coste laboral por empleado ha mejorado un 17,6 por ciento. Ello ha tenido como consecuencia que los costes totales de la aerolínea en el primer trimestre del año se hayan desplomado casi un 11 por ciento, una cifra más que considerable si se tiene en cuenta que British Airways prácticamente los ha mantenido igual (-0,3 por ciento) y que en el caso de Vueling se han disparado el 19,8 por ciento, seguramente impulsados por su gran crecimiento. No hay que olvidar que de enero a marzo, la aerolínea presidida por Álex Cruz ha incrementado su oferta de asientos en casi un 25 por ciento. O sea: por cada cuatro butacas que ofrecía a sus clientes ahora oferta cinco. Los resultados del segundo trimestre, en el que ya se incluye la Semana Santa, son claves para conocer si la recuperación de Iberia se consolida y continúa mejorando para que al final del actual ejercicio la aerolínea vuelva a ser rentable, una senda que nunca debió de abandonar.