Ernst & Young pone una salvedad a las cuentas de la filial de la cadena de muebles suecaLa Ley de Sociedades Anónimas obliga a explicar los conflictos de interés de los administradoresmadrid. ¿Tienen algo que ocultar los consejeros de Ikea en España? La cadena sueca, especializada en la venta de muebles, se ha negado a facilitar a Ernst & Young, la firma encargada de auditar sus cuentas, los posibles conflictos de interés de sus gestores. Y eso le ha costado una salvedad en el balance. "Las cuentan anuales no incluyen en la memoria la información requerida por la legislación en vigor sobre los intereses que tienen los administradores de la sociedad en otras firmas de igual o parecido objeto social", sentencia el auditor. Según los datos del Registro Mercantil, John Rasmussen, uno de los consejeros de la empresa, figura también, por ejemplo, como administrador de Calamansi Investment, una firma dedicada al comercio en grandes superficies. Y otro de ellos, Ignacio Navarro, es propietario de una firma, Ignova Office, dedicada al comercio al por mayor de productos de consumo duradero. Los máximos responsablesLos que, en principio, no tendrían ningún tipo de problema son el presidente y el consejero delegado de la filial: Anders Bertil y André de Wit, respectivamente. Ninguno de ellos aparece como consejero o administrador en ninguna sociedad que no forme parte del grupo. La cadena, además, se defiende y asegura que la participación de sus gestores en otras sociedades "no es una información relevante ni afecta en ningún caso a las cuentas de la compañía". Pero la legislación sobre este punto es taxativa. "Los administradores deberán comunicar la participación que tuvieran en el capital de una sociedad con el mismo, análogo o complementario género de actividad al que constituya el objeto social. Dicha información se incluirá en la memoria", exige la ley de Sociedades Anónimas (artículo 127).A ello, se unen las diversas recomendaciones desde el punto de vista del Buen Gobierno recogidas ya en el Código Olivencia , que en su punto 8.5 establece que "el deber de lealtad (de los administradores) implica también la obligación del consejero de revelar las situaciones personales (...) relativas a participaciones, puestos que desempeñe y actividades que realice en otras compañías y entidades".Crecimiento continuoSalvo por esta salvedad, las cuentas de Ikea en España han sido positivas. En el último ejercicio, cerrado el 31 de agosto de 2005, sus ventas se incrementaron un 24 por ciento, hasta 645 millones de euros. Y si todo sale como está previsto, este año su facturación se incrementará aún más: un 30,5 por ciento.Ikea, que tiene ya ocho tiendas en el mercado español, cuenta con un ambicioso plan de crecimiento en nuestro país. El grupo tiene previsto invertir 1.100 millones de euros hasta el año 2015 para abrir otras 23 grandes superficies. Hasta ahora, está sólo presente en Madrid, Barcelona, Murcia, Sevilla, Asturias y Vizcaya. El próximo objetivo, al margen de reforzarse en estas provincias, es entrar en la Comunidad Valenciana y Galicia y reducir así de paso su dependencia de Madrid y Barcelona. Entre estas dos provincias concentran más del 81 por ciento de sus ventas y la empresa ha comprobado que tienen clientes en otras partes de España a los que no les importa coger el coche y hacer más de cien kilómetros para comprar en las tiendas de estas dos grandes urbes.Para financiar su expansión, el gigante escandinavo tiene ya firmadas diversas líneas de crédito con Caja Madrid, BBVA y La Caixa, aunque tampoco le faltan recursos propios. El beneficio de Ikea España se elevó el año pasado a 44,1 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 44 por ciento respecto al año anterior. Una de las mayores dificultades con las que se encontrará el grupo a la hora de afrontar sus planes son las trabas que imponen las comunidades autónomas al crecimiento de las grandes superficies. Al igual que las cadenas de hipermercados, como Carrefour, Alcampo o Eroski, Ikea necesita dos licencias para poder abrir una tienda. Además de la urbanística, que le conceden los ayuntamientos, necesita otra comercial, que es la que utilizan las autonomías para proteger al pequeño comercio. Para hacer frente a ello tiene dos armas indiscutibles: la creación de empleo y la lucha contra la inflación.Creación de empleoDesde su llegada hace diez años, Ikea ha creado 3.700 puestos de trabajo. Y en cuanto a los precios, tampoco hay ninguna duda. El año pasado los redujo, sin tener en cuenta el IPC, un 2,66 por ciento. Su estrategia es muy parecida, por ejemplo, a la de su compatriota H&M en el sector de la moda: la venta del diseño al mejor precio posible. Y vender muebles baratos es unas de las mejores herramientas para ganar cuota a sus competidores.