El recorte de valor de la deuda pública irá entre el 0,2 y el 26% según los plazosLa banca española, y también el resto de la europea, deberá afrontar en los próximos meses el test de estrés más exigente de cuantos ha realizado la EBA (Autoridad Bancaria Europea). Eso es la opinión del Banco de España, que advierte que no hay que dejarse engañar por los números absolutos que se fijan en el escenario estresado, sino por el desvío respecto a las previsiones de lo que refleja el escenario base, el que se guía por las previsiones macroeconómicas de la Comisión Europea. Así, para 2014 se fija un recorte del PIB español del 0,3 por ciento, del 1 por ciento al año siguiente y de una nimia subida del 0,1 para 2016. Puede parecer que no es un escenario catastrófico, pero la diferencia con las previsiones de la Comisión suman 5,9 puntos, un nivel de estrés que no se había establecido en anteriores exámenes europeos. Con todo, ni en éste ni en ningún otro dato macroeconómico España sale mal parada de su comparación con otros países europeos. Así, la media de la desviación para la zona euro es de 6,6 puntos del PIB y países como Alemania, Italia, Francia o Luxemburgo tendrán una desviación mayor que la española. La vivienda, que en el peor año registraría una caída de precios del 7,4 por ciento, tiene una desviación sobre el escenario base de 8,9 por ciento. Alemania, Francia, Dinamarca o Bélgica, por poner algunos ejemplos, según los supuestos del escenario estresado, sufrirían recortes de más del 20 por ciento. No es que la EBA haya querido ser más benévola con España, sino que se tiene en cuenta todos los ajustes producidos, entre ellos el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, por lo que los descensos esperados, aun en el peor escenario, son mucho menores que en otras zonas europeas. En cuanto a la deuda pública, la EBA establece, en el entorno más adverso, que la rentabilidad del bono a diez año ascienda hasta el 5,7 por ciento en 2014, el 5,5 por ciento en 2015 y el 5,6 por ciento en 2016. El tope queda lejos de los máximos marcados en los peores momentos de la crisis de deuda, en verano de 2012, cuando el bono español llegó a marcar un máximo del 7,6 por ciento, pero también es una notable subida sobre su rentabilidad actual, que ronda el 3 por ciento. En cuanto al tratamiento de las carteras de deuda pública en el balance de los bancos, la EBA aplicará para toda ella un nivel de provisiones en función del nivel de riesgo del país, y un descuento en su valoración o haircuts, según la tipología de la cartera. Así, la cartera a vencimiento, la que las entidades mantienen hasta el final de la vida del bono, no sufrirá variación por la fluctuación del precio de la deuda. En el otro extremo está la cartera de negociación, valorada a precios de mercado y que sufrirá recortes de valor de entre el 0,2 por ciento y el 26 por ciento dependiendo del plazo y del año contemplado. En cuanto a la cartera de disponible para la venta, tendrá un tratamiento híbrido, ya que también se valorará a precios de mercado pero una vez aplicado el haircut, sólo se trasladará a recursos propios el 60 por ciento. El Banco de España destaca la aplicación de este filtro y también que la metodología de la EBA permita el aprovechamiento pleno de todas las provisiones, a diferencia de exámenes anteriores. Respecto a cómo podrán afrontar las entidades españolas esta exigencia en los nuevos test de estrés, el Banco de España resalta que, por una parte, la banca ya no es la misma que hace dos o tres años, ya que sus niveles de capitalización son muy superiores. En segundo lugar, que tanto en España como en otros países, las entidades suelen adelantarse a los resultados del test, implementando medidas para reforzar sus niveles de capital. Este será el caso, según los analistas, del alemán Deutsche Bank o del italiano Monte de Paschi dei Siena. En España, tanto Cajamar como Liberbank tienen planes para captar 500 millones de euros.