Nazca reserva 80 millones para que adquiera competidoresLos nuevos dueños de Gestair, Nazca Capital, se han puesto el listón por las nubes: duplicar el tamaño de la compañía de aviación ejecutiva en cuatro o cinco años, con el objetivo de sacarla a bolsa si las condiciones de mercado lo aconsejan. "No lo descartamos a medio plazo". Así lo anunció ayer Carlos Carbó, consejero delegado de la sociedad de capital riesgo y nuevo presidente de Gestair en sustitución de su histórico fundador Jesús Macarrón. Carbó contó ayer los detalles de la operación, que ha supuesto asumir la deuda de la compañía de 22 millones de euros e inyectar otros 5 millones más para pagar a los proveedores y tener suficiente liquidez, que le permita crecer. En ambos casos, la asunción de la deuda y la inyección de liquidez, se ha realizado una ampliación de capital. Aunque no se han querido dar datos de la operación, sobre el papel ha costado estos 27 millones de euros (más otro euro simbólico), pero según Carbó el cálculo no es exacto, por que Nazca Capital ha negociado con la banca un porcentaje de descuento de la deuda que no se ha dado a conocer. Para poder duplicar su tamaño no sólo crecerá de manera orgánica, sino que se multiplicará por tres o cuatro veces su inversión inicial de 5 millones, hasta 20 millones. Además se estudian joint ventures con empresas del sector en Europa e incluso adquisiciones de competidores. El primer ejecutivo de Nazca no quiso adelantar si estas compras se harán en España o fuera pero anunció que reserva 80 millones de su tercer fondo de inversión para ello. Gestair perdió dinero en 2013 aunque facturó 62 millones de euros. Para el primer ejercicio en el que Nazca Capital se responsabilizará de la empresa se volverá a la rentabilidad y el volumen de negocio se incrementará un 5 por ciento. A partir del segundo ejercicio, en 2015, se dará el salto con las ya comentadas adquisiciones. Nazca Capital anunció el pasado 8 de abril que había comprado el 100 por cien de Gestair y el 50 por ciento de Corjet, su filial de mantenimiento, que no poseía y que estaba en manos de Iberia. Fuera de la operación -que incluye también la gestión de 15 aviones y las terminales de aviación ejecutiva- se ha quedado la escuela de formación de pilotos y los negocios inmobiliarios que tenía la familia Macarrón. Gestair no operará aviones propios: los últimos tres que gestionaba en propiedad los vendió antes de la compra.