Artículos de buceo, canoas, juguetes y máquinas de limpieza mueven su negocioEl sol es sólo una incógnita para el que quiere ir de vacaciones a la playa. Eficaz por necesidad es también toda la industria del verano, ese montón de pequeñas y medianas empresas que fabrican sombrillas, hamacas, juegos de playa, tablas de surf, utensilios de jardinería y todo lo que hace más agradable el tiempo libre y las vacaciones.Según los interesados, este año el negocio ha funcionado bien, seguramente con una buena mejoría respecto al año pasado. "Las ventas aumentaron respecto al 2005, sobre todo en el sector del buceo a flor de agua", explican en Cressi, empresa genovesa que suministra tubos del snorkle. El 2006 también está siendo mejor que el 2005 para Martini Costruzioni Nautiche. "Este año ha sido de franca recuperación", dice Mirko Martini, director de la empresa que fabrica productos de natación, barcas de pedales, canoas y remos.Desde Cantiere Náutico, que fabrica barcas de vela y catamaranes, se arriesgan incluso a hacer una estimación: "Las ventas aumentaron al menos un 7 por ciento". Y un buen año también para los juguetes de playa: Lara Brolese, socia del Adriatic Srl, que en 2005 facturó siete millones, está absolutamente convencida de ello. La empresa familiar exporta al extranjero el 60 por ciento de su producción, aunque el año 2006 ha sido especialmente bueno para ellos en Italia.Hamacas sin alardesEn ligero crecimiento, pero sin grandes alardes, el sector de las sombrillas, de las hamacas y de las tumbonas. Están ya lejos los buenos tiempos de finales de los 80, cuando el turismo aumentaba año tras año, aunque esta temporada no ha estado nada mal. También aquí influye el clima. "Los bañistas del 2005, a causa del mal tiempo de aquel año, utilizaron menos nuestros artículos", cuenta Giorgio Selva, dueño de cuatro empresas que cada año fabrican cerca de 20.000 sombrillas, decenas de tumbonas y hamacas y que, en el 2005, facturó 18 millones.La temporada también comenzó tarde para las máquinas limpiadoras de playas. "Marzo y abril, los meses en los que se comienzan a preparar las playas, fueron una catástrofe", señala Michela Paglierani, una de las directoras de Pfg Paglierani, que en 2005 facturó un millón de euros. "Ahora estamos ultimando los pedidos", admite.