Los empleados galos han aprovechado la subida en bolsa para hacer caja y, en vez de ejercer sus derechos de compra, han reducido su peso por debajo del 20% madrid. Con paciencia y buenas palabras, Luis del Rivero, presidente de Sacyr Vallehermoso, confía en ganarle el pulso a Jean Francoise Roverato, su homólogo al frente de Eiffage, la tercera constructora de Francia. Desde hace seis meses, el empresario español espera llegar a un acuerdo con el galo para poder entrar en el Consejo de Administración de la compañía francesa. Motivos no le faltan para conseguir el ansiado sillón.Sacyr es el primer accionista de Eiffage, con un 32 por ciento del capital. Sin embargo, Roverato consiguió vetarle la entrada en la Junta General de Accionistas celebrada en abril. Del Rivero no obtuvo el respaldo del 50 por ciento del accionariado, necesario para poder accedeer al consejo de la compañía. Los trabajadores de la constructora, aglutinados a través de la sicav Eiffage 2000, fueron un pilar fundamental del bloqueo a Sacyr.El 22 por ciento que controlaban en la compañía fue una baza muy importante en contra de los intereses españoles. Y podían obstaculizar todavía más a Del Rivero, sobre todo, si ejercían los derechos de compra que tienen y que les permitirían adquirir hasta la cuarta parte del capital de la constructora.Pero han preferido hacer el movimiento justo contrario. El pasado 4 de agosto, decidieron desprenderse de una pequeña parte de su participación y reducir su peso en el capital de la compañía al 19,65 por ciento. Aunque el impacto en términos de derechos de voto es muy reducido, este movimiento puede jugar en favor de los intereses de Sacyr, ya que el principal aliado de Roverato ha demostrado que prefiere hacer caja antes que desembolsar más dinero para frenar al español.Esta noticia llega en un momento especialmente sensible. El pasado 6 de julio, las dos empresas alcanzaron un acuerdo para crear un grupo de coordinación, encargado de limar asperazas y encontrar puntos de encuentros entre las dos compañías. Compuesto por los presidentes y los directores financieros de las dos constructoras, todas las reuniones que se celebran en este órgano se debaten, posteriormente, en el Consejo de Administración de la francesa.Unas negociaciones a las que Del Rivero podrá acudir con fuerzas renovadas tras el paso atrás que han dado los empleados de Eiffage, que han preferido aprovechar el subida del 53,4 por ciento que acumula su compañía en bolsa desde la entrada del grupo español a plantarle cara.