Piden permiso para diversificar su oferta y prestar servicios de paquetería de hasta 10 kilosLas ventas de cigarrillos han caído un 3,49 por ciento en los siete primeros meses del añomadrid. Los estancos quieren cambiar el tabaco por los paquetes de Correos. Ante la caída imparable de las ventas de cigarrillos, las expendedurías han pedido autorización al Ministerio de Economía para transformarse en oficinas de paquetería y poder trabajar así para el operador postal. "No habría ningún problema para ofrecer este servicio si los paquetes no superan los diez kilos de peso", asegura la Unión de Asociaciones de Estanqueros, la mayor patronal del sector. Según esta organización, como el servicio no incluiría la distribución, no se les podría acusar en ningún caso de competencia desleal con los grandes operadores, como Seur, DHL o MRW. Los estancos han iniciado ya las primeras conversaciones con Correos y ahora sólo falta el visto bueno del Comisionado del Mercado de Tabacos, un órgano público dependiente de Economía y encargado de la regulación del sector.Impulso definitivoSi se alcanza un acuerdo, Correos, que tiene ya 1.987 oficinas postales, daría un impulso definitivo a la consolidación de su red. En España existen alrededor de 16.000 estancos que, al abarcar la totalidad del territorio, facilitarían a la empresa la prestación de lo que se conoce como el Servicio Postal Universal. Correos tiene la obligación de llevar las cartas a cualquier punto del país, aunque, a cambio, mantiene, un área reservada al monopolio: los envíos interurbanos e internacionales de paquetes de menos de 50 gramos. La empresa que preside José Damián Santiago y los servicios postales de otros siete países europeos -Chipre, Grecia, Francia, Bélgica, Hungría, Polonia, Italia y Luxemburgo- han reclamado a Bruselas que paralice la liberalización total del mercado, prevista para 2009. Según dicen, la apertura a la competencia "iría en detrimento de una mayoría de usuarios". Y es que, aunque todavía es muy rentable el envío de una carta o un paquete en el interior de ciudades como Madrid o Barcelona, no ocurre lo mismo cuando hay que llevarlo, por ejemplo, a un pueblo pérdido de los Pirineos. Según un estudio elaborado por PriceWaterhouseCoopers (PwC), la liberalización total supondría el cierre de un gran número de oficinas debido a sus elevados costes. Y es ahí, precisamente, dónde entrarían los estancos. En España, la venta de tabaco sólo se puede realizar en este tipo de establecimientos -incluso los bares deben comprar en las expendedurías más próximas-, por lo que la red se extiende por todo el país.VentajasLas ventajas serían evidentes para las dos partes. Correos reduciría sus costes y los estancos, según reconocen, "paliaríamos una pequeña parte de las pérdidas que estamos sufriendo por la bajada de las ventas de cigarrillos". Tras la entrada en vigor de la Ley antitabaco el pasado mes de enero, las ventas de cigarrillos se han reducido un 3,49 por ciento hasta julio y la intención del Gobierno es lograr que caigan hasta un 5 por ciento al cierre del año. El problema, además, es que las sucesivas guerras de precios que se han desatado en los últimos meses han provocado que los ingresos se hayan reducido aún más, hasta un 4,36 por ciento. En los siete primeros meses, los cigarrilos vendidos alcanzaron los 5.633 millones de euros, mientras que hace un año las ventas se elevaron a 5.890 millones.Para los estancos sigue siendo un buen negocio. Ingresan ocho céntimos por cada euro que venden de tabaco, pero la crisis les obliga a buscar nuevas salidas. Además de la solicitud para transformarse en oficinas postales, la Unión de Asociaciones de Estanqueros creó, recientemente, una empresa, Distribuciones La Fontana, para vender licores y vinos. En este caso, sin embargo, la situación es más delicada. Los estancos tienen prohibido vender este tipo de productos sin la autorización previa del Comisionado del Mercado de Tabacos y la Unión no la tiene."No podemos vender alcohol en nuestras expendedurías, por lo que hay que establecer la sede en cualquier otro punto desde donde realizar las funciones de intermediarios", reconocía en marzo Manuel Arroyo, responsable del área comercial de la Unión y vicepresidente de La Fontana. Además de cigarrillos, los estancos ofrecen así el vino Allende La Ermita, de la denominación de origen Ribera del Duero, el whisky Shaftoon, el vodka Tomkoff o el ron dominicano La Fontana.