Empresas muy dispares apuestan por diversificar en el sector del automóvilshanghai. ¿Se imaginan a Marqués de Riscal, Anís del Mono o Destilerías y Crianzas (DYC) metidos hasta el cuello en el sector del automóvil y pretendiendo lanzar un vehículo al mercado? En el mundo occidental, la diversificación de los negocios no ha alcanzado tal grado de sofisticación. Pero hay un país donde cualquier sueño o extravagancia es posible: ahora, en ese país, jugadores de éxito en sectores tan dispares como el tabaco, los teléfonos móviles, los electrodomésticos o el alcohol, entre otros, han puesto todo su músculo con objeto de fabricar vehículos y morder parte de la -supuestamente jugosa- tarta automovilística. Ese país es, cómo no, China. El país que viene arrollando y que, dicen, será la próxima gran potencia de este siglo.La última empresa en zambullirse de lleno en el mundo del automóvil ha sido Wuliangye Group, una de las destilerías chinas con mayor producción de licores y líder indiscutible en venta de vinos en el gigante asiático. Esta semana ha anunciado que una de sus filiales, China Push Group International, invertirá 37 millones de euros por la compra del 46,5 por ciento de Xinhua Diesel, filial a su vez del fabricante de automóviles Brilliance Automobile, socio de BMW en China. Con esa inyección económica, Xinhua tendrá capacidad para producir 100.000 vehículos y 500.000 motores al año, lo que permitirá alcanzar unas ventas de 975 millones de euros en 2010, según Brilliance.Al parecer, el exceso de liquidez ha espoleado la incursión de Wuliangye -que lideró cómodamente el año pasado el sector de alcoholes al facturar 1.530 millones- en un sector que desconoce por completo. "Es una forma de maximizar el exceso de capital. Y la industria del automóvil puede ser una apuesta ideal para Wuliangye", asegura Jia Xinguang, analista de la consultora China's National Automotive Industry. Desde que, en 2003, la industria el automóvil del coloso asiático registrase crecimientos espectaculares y márgenes de entre un 10 y un 35 por ciento, muchos jugadores no naturales apostaron agresivamente por una aventura que, suponían, les aportaría cuantiosos beneficios inmediatos. Los matrimonios de conveniencia, sin embargo, han tenido consecuencias desastrosas. Una filial de Guangdong Kelon Electrical Holding pagó 41 millones por el 67 por ciento de Yaxing Motor Coach: el año pasado ambas compañías se fueron a pique después de un desfalco y tensiones de tesorería. Aux Group, fabricante y exportador líder de aires acondicionados, salió también precipitadamente del sector por la escalera de incendios después de hacerse con el control del 90 por ciento de Shuangma, un fabricante de vehículos y tractores, y vender únicamente 2.000 unidades pese a prever 20.000. Bird, una famosa marca de teléfonos móviles, y Hongta Group, uno de los grandes productores estatales de tabaco, tomaron caminos similares después de pinchar en hueso en sus respectivas incursiones en el mundo del automóvil. Los fracasos estaban cantados. No es sólo que la aportación de estas empresas al negocio del motor haya sido, más allá del capital, prácticamente nula. Además, se han enfrentado a la cruda realidad del sector en un mercado chino extraordinariamente competitivo. 'Selección natural'Los márgenes -con la sobrecapacidad, la guerra de precios, el encarecimiento del acero y la subida del precio del petróleo- se desplomaron hasta el 3 por ciento el año pasado. Aunque la demanda sigue firme, no puede absorber tanta producción. Existe ya la certeza de que hay demasiados jugadores en el sector y que, en los próximos años, el propio mercado hará su selección natural consolidando a unos y expulsando a otros. En cualquier caso, lo que sí es obvio es que la competencia es demasiado feroz para jugadores amateur. Es, de hecho, como si Marqués de Riscal o DYC se pusieran a fabricar vehículos...