Sus fondos caen a 21.150 millones frente los 823.000 millones récord de 2012 La hucha de la banca en el Banco Central Europeo (BCE) se vacía. Su saldo ronda ya los 20.000 millones de euros, la menor cifra "aparcada" por las entidades europeas desde el verano de 2011, y apenas una rémora de los 823.293 millones récord que llegaron a depositar en el cofre del BCE en plena crisis del euro para garantizarse recursos si se declaraba un grave shock de liquidez. En los momentos de mayor asfixia de liquidez el organismo europeo regó la industria financiera con billones de euros. En el pico de la crisis, en el verano de 2012, las entidades de la eurozona tomaron prestado 1,23 billones del euros del BCE y, en lugar, de hacerlo fluir en forma de crédito a la economía lo utilizaban para refinanciar sus propias posiciones de deuda o lo dejaban aparcado en la hucha del BCE. 1.525 millones españoles Las entidades españolas en particular llegaron a tomar 411.654 millones en préstamos en ese momento, cuando el fuerte ataque a la deuda forzó al Gobierno a solicitar a Europa el rescate de la banca, y aparcaron 22.917,87 millones en las arcas del organismo dirigido por Mario Draghi. Saneadas y recapitalizadas las entidades, y dejada atrás la recesión, la apertura de los mercados ha permitido reducir al máximo la dependencia del organismo. En marzo pasado, la deuda del sector español con el BCE se había reducido a 184.903 millones, cifra un 31,75 por ciento inferior al año anterior; y el dinero depositado en su caja se redujo a 1.525 millones. La apertura de los mercados, con el retorno del favor de los inversores, es clave en el proceso de desenganche. Pero las entidades han acelerado la disposición de recursos aparcados en la caja fuerte del organismo ante la convicción, cada vez más asentada, de que acabará cobrando por guardar el exceso de liquidez invita a sacar los fondos. En junio de 2011, el BCE dejó de retribuir el dinero guardado en su ventanilla para persuadir a las entidades a abrir el grifo del crédito, sin éxito. Ahora, hay firmas de análisis que pronostican que fijará una tasa negativa del 0,10 ó 0,15 por ciento por proteger dichos recursos, con la única finalidad de obligar a las entidades a prestarlos y evitar que la incipiente recuperación económica de la eurozona entre en barrera por falta del necesario crédito. Esta posibilidad, alentada en los últimos días por la aceptación del Bundesbank de medidas no convencionales o las palabras de Draghi abogando por mayores estímulos, ha afectado a la hucha. El viernes pasado -última referencia publicada por el organismo- la banca tenía aparcados 21.157 millones en el BCE y apenas dos días antes su saldo ni siquiera alcanzaba los 16.500 millones. Para encontrar un importe inferior es preciso remontarse a 18 de julio de 2011, cuando el depósito ascendía a 11.655 millones. Pero incluso dicho volumen era anómalo. Antes de estallar la crisis, la hucha era prácticamente inexistente o, como mucho rondaba los 200 ó 300 millones, porque las entidades preferían sacarle mejor rédito prestando los fondos a bancos rivales en el interbancario o a sus clientes.