Restoy reclama al sector que mejore su solvencia ante los test de estrés y la nueva regulaciónExige emisiones de acciones y otros valores, además de recortes en dividendos y costesEl Banco de España pretende que el sector de nuestro país apruebe los test de estrés que realizará el BCE este año al sistema europeo. Pero además, al margen de estas pruebas de resistencia, el supervisor no ceja en su empeño de que las entidades aumenten de manera permanente sus niveles de solvencia. El subgobernador, Fernando Restoy, lanzó ayer un mensaje claro y contundente en este sentido. "Con independencia de que sea previsible que el ejercicio de evaluación en curso resulte, en general, satisfactorio, es evidente que no deben desaprovechar oportunidad alguna para reforzar su posición de recursos propios", indicó el responsable del regulador en unas jornadas sobre el sector de Deloitte y ABC. Restoy apremió de esta manera y públicamente a las entidades a que lleven a cabo distintas operaciones, en un momento en el que diferentes grupos están analizando ampliaciones de capital o emisión de convertibles, como la anunciada por Liberbank de 500 millones o por el holding de rurales liderado por Cajamar, que busca socios para fortalecerse. En la actualidad existe apetito por parte de los inversores extranjeros por la banca española, de ahí que Restoy haga énfasis en la circunstancia de oportunidad. Además de explorar este tipo de exploraciones, que irían encaminadas más hacia las entidades con ratios más bajas de capital, el subgobernador señaló que el refuerzo también se puede llevar a cabo mediante la retención de beneficios, es decir, con menores repartos de dividendo, o mediante ganancias de eficiencia operativa. En este sentido, y siguiendo las pautas del FMI, el sector español tuvo topado en un 25 por ciento la remuneración a sus accionistas en efectivo sobre el beneficio el año pasado, límite que se mantiene para 2014 para los grupos menos capitalizados y con menos capacidad de generación de ingresos. Aumento de la eficiencia En cuanto a la eficiencia, esta mejora puede provenir del lado de los márgenes o de los costes. Por tanto, el regulador quiere que las entidades eleven sus volúmenes de actividad, pero sin dañar la rentabilidad a través de guerras tanto en depósitos como en créditos. Asimismo, ve con buenos ojos que prosigan con los recortes de gastos y los ajustes para conseguir un mayor beneficio y, por tanto, un aumento del capital después de haber retenido beneficios. El sector es consciente de que la rentabilidad y la eficiencia son las dos grandes asignaturas pendiente una vez concluida en su práctica totalidad el saneamiento de los activos con unas provisiones de 300.000 millones de euros y unas ayudas públicas de 100.000 millones, tal y como resaltó ayer el consejero delegado del Santander, Javier Marín. Su homóloga en Bankinter, María Dolores Dancausa, también hizo hincapié en estos desafíos y aventuró que la red de oficinas de la banca aún tiene que descender "a la mitad o poco menos de la mitad" y que el número de empleados de servicios centrales y administrativos tiene que mermarse sustancialmente a través de la externalización de los servicios, un proceso que ya han iniciado buena parte de las entidades de nuestro país. La mensaje del Banco de España sobre un aumento del capital obedece, según el propio subgobernador, a la tendencia cada vez más predominante de la regulación hacia una mayor exigencia de recursos propios en detrimento, pero con el mismo rigor, de la revisión, clasificación y reconocimiento del deterioro de los activos en balance. "Ésta es, de hecho, la práctica supervisora en todo el mundo, a la que se adherirá de manera inmediata el mecanismo único europeo", explicó Restoy en su exposición. Más seguro y menos rentable Tal es así que, a su juicio, estos mayores requerimientos de capital por parte de los reguladores, entre ellos el BCE, al que se someterán los principales grupos españoles, supondrá que el sector sea en el futuro "más seguro, aunque previsiblemente, más pequeño y, probablemente, menos rentable". Pese a las peticiones de un reforzamiento de la solvencia, el subgobernador se mostró relativamente optimista sobre los resultados de los test de estrés, para los que pidió el máximo rigor y escenarios económicos probables. "La posición de partida de las entidades españolas ante el nuevo ejercicio es, en general, relativamente favorable", consideró Restoy.