Rechaza el pago de 30 millones propuesto por el grupo para aplazar el procesoPescanova está a punto de perder su filial chilena, una de más importantes del grupo y la mayor generadora de caja, con el 30 por ciento del ebitda (resultado bruto operativo) total de la compañía. El síndico Herman Chadwich, administrador concursal de Pesca Chile y de sus filiales acuícolas Acuinova y Nova Austral, ha tomado la decisión de acelerar el proceso de venta y negociar en firme con los posibles candidatos, con la canadiense Cooke Aquacukture como favorito en la puja. La decisión se ha tomado después de que la junta de acreedores haya rechazado la propuesta de la compañía gallega para alargar hasta mayo o junio el proceso de venta de la filial con el objetivo de ganar tiempo, para lo que propuso además el adelanto de un pago inicial de 30 millones con el que afrontar el pago de los créditos más inmediatos. Fuentes del consejo de administración de Pescanova han admitido a este periódico que "aunque hemos recurrido la decisión de la junta de acreedores para intentar que no se cierre ya la venta, lo cierto es que está muy complicado que podamos retener la filial". Reestructuración El convenio de acreedores propuesto por Damm y Luxempart no contempla ya, de hecho, una reestructuración financiera en Chile. En la propuesta se recoge, en concreto, que la compañía no podrá "destinar fondos obtenidos del crédito super senior a fines diferentes de los indicados en este contrato y, en particular, sin carácter exhaustivo, a financiar a las sociedades Acuinova Portugal, Nova Guatemala, Pescachile, Acuinova Chile , Nova Austral e Insuiña". Es una cláusula que se refiere al crédito de 112,5 millones de euros a un plazo de 7 años y con un tipo de interés del 15 por ciento anual que la banca concedió el año pasado a Pescanova para poder acometer la reestructuración. Mientras que las filiales de Chile están dedicadas al cultivo de salmón; la portuguesa está especializada en rodaballo y la de Guatemala en la cría de langostinos. En principio, si Pescanova logra que el juez apruebe el convenio de acreedores -algo muy complicado teniendo en cuenta que la banca ha mostrado ya su rechazo-, estos negocios deberían ser reestructurados de forma independiente con sus respectivos acreedores. Si, por el contrario, tal y como tiene previsto hacer la banca, la compañía acaba siendo liquidada para ser posteriormente reflotada, todas esas filiales serán traspasadas. La compañía gallega emitió un comunicado la semana pasada en el que aseguró que "lo que ahora se produce es la absoluta necesidad de un apoyo de los bancos para que Pescanova pueda seguir desarrollando con normalidad su actividad". En su opinión, "cualquier otro supuesto sería catastrófico, tanto desde el punto de vista económico, como laboral o productivo, al tratarse de una sociedad viva y de gestión compleja que puede sufrir un rápido deterioro". La compañía recuerda que los bancos pueden recuperar hasta un 35 por ciento de la deuda y advierte de que "Pescanova es una de las pocas multinacionales españolas que ocupa a más de 12.000 personas, 1.500 en Galicia". El plan de los bancos El plan de los bancos acreedores del grupo gallego pasa, sin embargo, por intentar reflotar la compañía con un socio industrial tras su liquidación. El presidente del Banco Popular, Ángel Ron, afirmó el pasado viernes, en el Foro de la Nueva Economía, que "seguimos pensando que Pescanova es viable". Ron rechazó el acuerdo de convenio propuesto por Damm, del que dijo que "no responde a nuestras expectativas".