El 'gigante' del móvil se convierte en operador unificado a cambio de 7.200 millones de euros Paga 3.850 euros por cliente con el objetivo de impulsar las ventas cruzadas de fijo y móvilAyer fue un día histórico en el sector español de las telecomunicaciones. Vodafone España confirmó la compra de Ono, cerrada apenas unas pocas horas antes del anuncio, por un importe de 7.200 millones de euros, incluyendo una deuda de 3.341 millones de euros. Ese precio representa un múltiplo de 10,5 veces el beneficio bruto de explotación (ebitda), inferior a los ratios de las recientes compras de empresas realizadas realizadas en Holanda y Alemania, correspondientes a las adquisiciones de Ziggo y Kabel Deutschland, de 11 y 13 veces ebitda, respectivamente. Tras seis meses de negociaciones con Ono, Vodafone solventó la principal carencia que le impedía competir con Telefónica en territorios tan críticos como la banda ancha fija y la televisión de pago, convirtiéndose ahora en un nuevo jugador de referencia. El operador rojo llevaba muchos años esgrimiendo que el mundo era móvil, mientras asumía a regañadientes que también era fijo. Tras lustros de remiendos con su ADSL, Vodafone España ha optado por reforzarse con el mejor fichaje disponible: Ono. Tras el regateo propio de este tipo de adquisiciones, el grupo británico tiró de chequera para materializar la segunda mayor operación del sector, sólo superado por la compra de Amena por parte de France Télécom en 2005 (10.000 millones de euros). Con esta ofensiva, Vodafone hace suya la mayor red de cable del país, con más de 45.000 kilómetros de fibra óptica. De ahora en adelante, Vodafone será un jugador de primerísima fila en telecomunicaciones unificadas en España, con una infraestructura idónea para comercializar el acceso fijo a Internet de alta velocidad, la telefonía fija y la televisión de pago. De acuerdo con las cifras de la operación, Vodafone paga una media de 3.854 euros por cada uno de los 1,8 millones de clientes de Ono, un dato en sintonía con los 3.700 euros abonados por Liberty Global por cada cliente de la holandesa Ziggo. Sin riesgos de competencia La operación espera recibir el visto bueno de las autoridades de competencia en el plazo de tres meses, sin que se vislumbren especiales impedimentos, lo que permitirá a Vodafone disponer de red fija en 7,2 millones de viviendas. Su cuota de mercado en banda ancha fija pasa ahora del 7,5 por ciento al 21 por ciento, añadiendo casi 1,1 millones de clientes de móviles. Vodafone no sólo integrará una infraestructura de telecomunicaciones de gran dimensión y calidad, sino que también sumará a su clientela un conjunto de suscriptores de alto valor. Según datos de la cablera, los ingresos medios mensuales por cliente (arpu), de 55 euros, es uno de los más altos del sector, sólo comparables a los de los usuarios de Fusión de Movistar. Seis meses de negociaciones Entre los asesores de Vodafone destacó DLA Piper, mientras que en el bando de Ono ayudaron Deutsche Bank y Weil Gotshal and Mages, así como Garrigues en el área jurídica. La compra de Ono por parte de Vodafone marca un hito en el mercado español, tal y como lo valoró ayer el presidente de la filial española, Francisco Román. El primer gran movimiento de la consolidación del sector en España empezó a gestarse tras el pasado verano, cuando Vodafone mostró interés real por hacer suyo la única compañía capaz de competir entre iguales con Telefónica en servicios integrados y convergentes de telecomunicaciones. Las últimas semanas fueron especialmente intensas, con ofertas y contraofertas que pusieron de manifiesto la extraordinaria habilidad negociadora de los fondos de capital riesgo propietarios del operador de cable. "Consideramos que el precio fue justo", valoró Román, visiblemente satisfecho por una operación que sitúa a su compañía en una óptima posición competitiva. Con esta adquisición, Vodafone lanza un serio desafío al resto de sus competidores, especialmente Orange, que perderá un puesto en el escalafón español de banda ancha fija ante la nueva dimensión de la filial española de Vodafone. Los analistas llevan meses anticipando una oleada de adquisiciones que arrancaría en cuanto Vodafone pusiera su sello en el logotipo de Ono. Por eliminación, el mercado observa a Jazztel como posible captura de Orange España, filial comprometida con su grupo para convertirse en el número dos del mercado a lo largo de 2015. La multinacional francesa ya ha reconocido en diversas ocasiones su disposición a crecer a través de adquisiciones en sus mercados clave, como es el caso del español (el segundo mayor de Europa para el grupo Orange). Con el paso al frente de Vodafone, la multinacional británica deja en papel mojado los planes de Ono de salir a bolsa. Por lo tanto, se acabó el Plan B del cablero, la recurrente amenaza de Ono para mejorar el precio y las condiciones. El mérito corresponde a los accionistas de Ono: CCMP Capital, con el 15,2 por ciento, igual que Providence Equity Patners; Thomas H. Lee Partners tiene el 9 por ciento, igual que General Electric Structured; Caisse de Dépot et Placement du Québeq tiene el 6,8 por ciento; Multitel el 6 por ciento; Val Telecomunicaciones el 5,4 por ciento, OTPP Power Luxembourg el 4,8 por ciento, Grupo Santander el 4,4 por ciento. También están presentes Sodinteleco (3,9 por ciento), Northwesterm Insurance Mutual (2,3 por ciento) y Bregal Co-Invests (1,4 por ciento). Hace dos semanas, Vodafone puso sobre la mesa de Ono un total de 6.700 millones de euros, una cifra que los principales accionistas de la cablera consideraron insuficiente. En ese escenario, Ono ratificó su intención de salir a bolsa en espera de nuevas ofertas. Las mejoras volvieron a tomar consistencia a finales de la semana pasada, con un importe en su mayoría en efectivo que cautivó a los accionistas del Ono. En teoría, el dinero no era un escollo infranqueable para Vodafone. La venta de su participación en la estadounidense Verizon, que reportó el verano pasado unos ingresos extraordinarios de 95.000 millones a Vodafone, aportaba el músculo financiero para aprovechar las oportunidades que se pusieran por delante. Y Ono era una perita en dulce en el mercado español. De esa forma, el grupo que en España dirige Antonio Coimbra demuestra el claro compromiso de su grupo por el país, a pesar de los deficientes resultados cosechados por la filial durante los últimos años. Con dos golpes maestros, Vodafone se ha convertido en una referencia en telecomunicaciones fijas en Europa. La primera se produjo la semana pasada, tras la integración efectiva de la cablera Kabel en su negocio de móvil alemán. La segunda jugada genial fue la referida compra de Ono. Coimbra reconoció ayer que la red de fibra de Ono está preparada de cara al futuro para añadir más velocidad y capacidad a los clientes sin necesidad de realizar obra civil para extender más red. En cuanto a la Red, Coimbra ensalzó la arquitectura de cable de Ono, "ya que permite ofrecer a sus clientes las velocidades anunciadas, de forma garantizada, algo que no ocurre con las conexiones de ADSL y VDSL de otros operadores", dijo el directivo. También reservó elogios para la oferta de televisión de pago e interactiva de Ono, "que atesora un liderazgo en contenidos en alta definición (HD), con 37 canales en HD", además de un alto índice en la satisfacción de los clientes. Respaldo de los analistas Los analistas y expertos valoraron de forma muy positiva la operación. Entre ellos destacó Luis Maldonado, managing director de CMT de Accenture, quien considera que la "adquisición marca un hito clave en el mercado de las telecomunicaciones español: el de arranque de un proceso de consolidación que permita afrontar los desafíos de mercado existentes. La bajada continuada de ingresos y rentabilidad, la fragmentación del mercado y los nuevos paquetes convergentes fijo-móvil que permiten a los clientes optimizar aún más su gasto en telecomunicaciones, están detrás de este proceso de concentración". Por su parte, los expertos de Renta 4 indicaron que esta operación creará un tercer grupo de telefonía integrada fuerte en España y deja a Orange en desventaja. "Como ya hemos comentado, entendemos que el paso lógico sería la fusión de Orange-Jazztel", indican los analistas. Según datos de la compañía, Ono cerró el año 2013 con unas pérdidas netas de 25 millones de euros, frente al beneficio de 52 millones de euros registrado en el año anterior. Los ingresos del operador de cable aumentaron un 1,6 por ciento hasta 1.598 millones de euros, impulsados por los clientes empresariales, cuya facturación creció un 14 por ciento hasta 387 millones de euros. Por el contrario, los ingresos procedentes de los clientes minoristas cayeron un 1,9 por ciento hasta 1.207 millones de euros. Por su parte, el número total de servicios contratados creció un 10,8 por ciento hasta 5,23 millones.