El tipo reducido se mantendría sólo en turismo, vivienda y transporte de pasajerosEl Consejo de Expertos se muestra más que favorable ante una subida del IVA, en su gravamen ordinario, a tipos próximos al 23 por ciento, en la línea que la imposición indirecta muestra en otros países de la Unión Europea. Manuel Lagares, cabeza visible del equipo de sabios que asesora al Ministerio de Hacienda, explicó que para compensar las pérdida de ingresos ante una posible bajada de cuatro puntos en las cotizaciones el IVA debería verse incrementado en al menos dos puntos "equiparándose así con los tipos europeos". Ese proceso se denomina de "devaluación fiscal y constituye la segunda pata sobre la que se fundamenta todo el documento de los expertos, ya que la primera es la referente a la reducción de los impuestos indirectos. Ahora bien, el Gobierno no deja mucho margen para llevar a cabo esta estrategia, en la medida en que el Ejecutivo ha dejado claro que no contempla más reducciones en los impuestos sobre el trabajo que vayan más allá de la famosa tarifa plana de 100 euros al mes para las contrataciones indefinidas que impliquen un aumento de plantilla. Los expertos, por otra parte, han recomendado a Montoro mantener el tipo superreducido del 4 por ciento en productos de consumo básico. Este gravamen, que afecta a productos básicos como puede ser el pan, la leche y los huevos, resulta intocable de acuerdo con el parece de Lagares. A medio camino Sin embargo, no existe el mismo carácter sagrado para el tipo reducido, aquél que se sitúa en el 10 por ciento. De aquí y con excepción de turismo, vivienda y transporte de pasajeros, sí se tocarán aquellos que se encuentran a medio camino y mantienen su gravamen en la decena de puntos porcentuales. Una decisión ésta que ha sido bien vista por la Federación Española de Hostelería (FEHR), quienes "celebran esta consideración, ya que el turismo es un sector estratégico para salir de la actual coyuntura económica". Habrá que ver, sin embargo cuál es la reacción en otros ámbitos, como es la venta de alcohol de elevada graduación que se va a ver afectado, si la propuesta próspera, por una subida impositiva, en caso de que las recomendaciones del equipo de Lagares sean escuchados. Tampoco hay buenas noticias para el tabaco; no en vano, los sabios creen que debería redefinirse su tributación, mediante un impuesto que lejos de ser estático se actualice al compás que marque el precio de la cajetilla. También, de acuerdo con el informe que ya está en manos del ministro Montoron debería llevarse a cabo una uniformización de los gravámenes de los tributos sobre las labores de esta planta, con el fin de incrementar la recaudación para las arcas públicas.