El anuncio de la operación podría realizarse lo antes posible, probablemente la próxima semanaLos fondos propietarios del cablero negocian los detalles sobre la forma y el plazo de los pagos Vodafone todavía no ha comprado Ono. Todo apunta a que lo hará en breve, de forma inminente, pero al cierre de esta edición todavía no había sucedido. Hasta el momento, Vodafone sumó ayer un día más al maratón de negociaciones con Ono, con el empeño de formalizar la operación lo antes posible. Las fuentes consultadas por este periódico apuntan a que el apretón de manos definitivo podría suceder en las próximas horas, o días. "Ahora mismo se puede decir lo mismo que hace unos días atrás, es decir, que Vodafone y Ono siguen negociando, con todo a favor para que el acuerdo prospere una vez limadas unas pequeñas asperezas", explican a elEconomista. El precio de la compra se aproximará a los 7.200 millones de euros, incluyendo la deuda neta de 3.400 millones de euros, según informó ayer Reuters. Faltan por resolver el modo y los plazos de pago, aspectos en los que los fondos de capital riesgo que controlan el capital de Ono se muestran inflexibles. Lo quieren íntegramente en metálico y en el momento en el que se formalice la transferencia. Diversos medios online dieron ayer por hecha una operación sin que se hubiera producido, como lo demostró el silencio de los protagonistas y, especialmente, el caso omiso del regulador de los mercados londinense (plaza en la que opera Vodafone), cuya pulcritud en el cumplimiento de las normas de información y transparencia está fuera de toda duda. Lo que sí anunció el supervisor bursátil por parte de Vodafone fue la integración el próximo 1 de abril de su filial alemana (Vodafone Vierte Verwaltungs) con la cablera Kabel Deutschland, operador que adquirió el pasado octubre por 7.700 millones de euros. Dicha unión en suelo alemán persigue lo mismo que se ansía en España: la creación de un operador integrado de comunicaciones líderes, capaz de ofrecer a hogares y empresas servicios de comunicación unificados. Al margen de lo anterior, el culebrón de la compra de Ono por parte de Vodafone sumó ayer una nueva jornada en la que todo estaba a punto, prácticamente hecho y acordado, pero pendiente aún de un casi. Las grandes cifras de la sociedad resultante ya se han aireado: Vodafone podría incrementar su cuota de mercado en banda ancha del 7,5 al 21 por ciento, incorporando además casi 1,1 millón de clientes a su red móvil, lo que situaría su cuota en más del 26 por ciento desde el 24,8 por ciento actual. Tanto los reguladores nacionales como comunitarios tendrán trabajo en el momento en el que la oferta preliminar se convierte en definitiva. No obstante, los observadores consultados no aventuran especialmente problemas para que el proceso de consolidación llegue a feliz término. El acceso potencial de Vodafone a los más de los siete millones de hogares que disponen de fibra óptica de Ono permitirá al operador rojo impulsar sus paquetes de ofertas combinadas de telefonía fija, móvil, acceso a Internet tanto en fijo así como en televisión de pago. Este último negocio había sido desdeñado en el pasado por Vodafone, en buena parte por la tasa de financiación de TVE, correspondiente al 0,9 por ciento de los ingresos brutos. Los principales accionistas son CCMP Capital, con el 15,2 por ciento, igual que Providence Equity Patners; Thomas H. Lee Partners tiene el 15 por ciento, Quadrangle Capital Partners posee el 9 por ciento, lo mismo que General Electric Structured Finance; Caisse de Dépot et Placement du Québeq tiene el 6,8 por ciento; Multitel el 6 por ciento; Val Telecomunicaciones el 5,4 por ciento, OTPP Power Luxembourg el 4,8 por ciento,y el Grupo Santander el 4,4 por ciento. También participan en el accioniariado Sodinteleco (3,9 por ciento), Northwesterm Insurance Mutual Life (2,3 por ciento) y Bregal Co-Invests (1,4 por ciento).