Los recubrimientos comestibles se adhieren al alimento para alargar su vidamadrid. Cada despensa guarda un pequeño avance de la técnica. La innovación en el envasado de los alimentos no se quedó anclada en el Tetra Brick, sino que cada día llevamos a casa bandejas de plástico capaces de sobrevivir al microondas o bolsas que mantienen frescos durante semanas ensaladas y aperitivos que no lograrían mantenerse apetecibles ni un solo día fuera de ellas. Sin embargo, algunos de los nuevos envases que se están investigando hoy en día no se conforman sólo con conservar los alimentos en buen estado durante el mayor tiempo posible, y ni siquiera se parecen demasiado a un envase tradicional. Se llaman "recubrimientos comestibles", se adhieren al alimento como una invisible película protectora que incluso puede mejorar sus cualidades o retrasar su fecha de caducidad; y son perfectamente biodegradables, ya que se consumen junto con su contenido. Frutas 'barnizadas' En España este tipo de recubrimientos ya está siendo utilizado en algunas frutas, "como en esas manzanas tan brillantes y que duran tanto tiempo", explica el químico Javier Osés, del grupo de investigación ALITEC de la Universidad Pública de Navarra. En este caso, las frutas están barnizadas por una capa de lípidos que las protegen del oxígeno del aire (que produce la oxidación) y que las hace más atractivas durante más tiempo. La gran excepción nacional en recubrimientos comestibles es Viscofan, la empresa navarra que gracias a la investigación y desarrollo de tripas artificiales para la industria cárnica es uno de los líderes mundiales en su campo. Sin embargo, se trata de un área poco explorada en nuestro país y que apenas se ha utilizado en otro tipo de alimentos, a pesar de que, según Osés, se trata de los "envases del futuro" y que este sistema de envasado es "especialmente eficaz para conservar alimentos grasos como los frutos secos, las carnes o algunos pescados como el salmón".Las ventajas de los recubrimientos comestibles, dice el investigador, son varias. Por un lado, permiten que los alimentos sean conservados durante más tiempo, y la película protectora puede además incluir otro tipo de agentes que mejoren las cualidades del producto (en el laboratorio de ALITEC, por ejemplo, están intentando duplicar la duración del pollo envasado incorporándole una película antimicrobiana). Y por otro lado, desempeñan una labor ecológica, ya que se reducirían la cantidad de desperdicios arrojados al medio ambiente, incluso en el caso de que se siguiera manteniendo algún tipo de protección exterior por higiene. "Algunas bolsas de envasado están formadas por dos capas de plástico diferentes, por lo que no son reciclables; y además, se rellenan de nitrógeno para que el producto se mantenga fresco. Usando un recubrimiento protector se evitaría el uso de una de las dos capas y del nitrógeno, con el ahorro material y ecológico que eso supone".