Banca March se ha fijado tres metas hasta 2016: duplicar sus actuales 5.000 millones de euros en negocio en banca privada, convertirse en referencia en el asesoramiento a empresas y ganar cuota en Baleares, su territorio de origen y donde copa el 15 por ciento de la tarta en depósitos tras la fusión de cajas. La entidad, propiedad exclusiva de la familia March, ganó 57,8 millones el pasado año, despues de encajar 141,8 millones en 'números rojos' el año anterior por el saneamiento de su participada ACS en Iberdrola. Ha sorteado como ninguna la crisis: su morosidad es del 5,5 por ciento frente al 13,6 por ciento del sistema, la solvencia bajo criterios Basilea III asciende al 23,5 por ciento -12 del sector- y tiene un 105,9 por ciento de depósitos por cada cien prestados -90,7 de toda la industria-. En parte porque captó un 16,5 por ciento de recursos, mientras el crédito cayó el 4,4 por falta de demanda solvente, explicó su consejero delegado, José Nieto. El banco, que elevó un 22,4 por ciento la cartera de clientes en banca privada y gestión de patrimonios, ha hecho valer su fortaleza para crecer en Cataluña, Baleares y apostar por la desintermediación en la financiación a empresas con la compra del 47 por ciento de la gestora Consulnor, con la que se refuerza en el País Vasco y donde podría ampliar su participación.