El presidente del BCE, Mario Draghi, destacó ayer que aunque los intercambios de la zona euro con Ucrania son débiles, la dimensión geopolítica es de tal calibre que tienen "fuerza y capacidad" de tener un efecto mucho mayor sobre la zona euro. "Debemos observar la situación con gran atención, ya que se trata de un problema que trasciende la simple política monetaria y podría tener también un impacto en la economía", aseguró. En una comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara, Draghi explicó que "los vínculos financieros y comerciales entre Ucrania y la eurozona son bastante pequeños". "Desde esta perspectiva restringida, el impacto económico en la eurozona será relativamente limitado", argumentó al explicar que Ucrania supone menos de 1 por ciento de la demanda extranjera de bienes exportados por la eurozona. No obstante, el presidente del BCE admitió que "las dimensiones geopolíticas de esta situación podrían tener una fuerza y una capacidad de afectar a los acontecimientos que puede ir más allá de los vínculos reales y los números estadísticos". Según Draghi, esas dimensiones geopolíticas en sí son "completamente diferentes a lo que hemos visto en los últimos episodios de contagio desde mercados emergentes o decisiones de política monetaria que se tomaron en otros países". Rusia construirá un puente El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, firmó ayer la orden para la construcción de un puente sobre el estrecho de Kerch que uniría la península de Crimea con la región rusa de Krasnodar, según informó la agencia de noticias oficial rusa RIA Novosti. El puente tendrá una longitud de 4,5 kilómetros y costará unos 2.180 millones de euros. El proyecto lleva una década sobre la mesa, pero los cambios políticos en Ucrania y la intervención militar rusa en Crimea le han dado un nuevo impulso. Este puente es una de las medidas impulsadas por Moscú para que Crimea sea más dependiente de Rusia en el ámbito económico, según RIA Novosti.