Preside y dirige el emporio de moda más antiguo de América, Brooks Brothers Tras convertir la empresa que fundó su padre, Luxottica, en el mayor fabricante de gafas del mundo, actualmente Claudio del Vecchio compatibiliza la dirección ejecutiva de la compañía óptica con la presidencia y dirección de Brooks Brothers, el emporio de moda más antiguo de América, con casi 200 años de historia, que ha vestido a presidentes -desde Lincoln a Obama- y actores -como Clark Gable-, ha sido protagonista en la gran pantalla -El Gran Gatsby- y ha creado diseños hasta para la mismísima rana Gustavo. Este icono del estilo americano, en plena expansión, abrió a finales del pasado año su primera tienda propia en España, en la madrileña calle Serrano. La visión creativa de su presidente en el mundo empresarial, junto a su trabajo filantrópico han sido reconocidos en múltiples ocasiones. ¿Se considera un visionario? Más que visionario, me considero estratégico. También, he tenido mucha suerte de poder hacer lo que me gusta, me apasiona lo que hago. La clave es ponerle tiempo, pasión y tener algo de suerte... Yo siempre le digo a mi gente que una empresa es como una máquina. Yo no soy el que la lleva, soy una parte de ella. Si cada uno hace su función, llegaremos al destino que nos propongamos, pero si alguno no hacemos lo correcto, no podremos llevar la máquina a buen fin. Yo intento aportar mi contribución como parte del todo. ¿A qué ha renunciado por su profesión? Amo mi profesión. Cuando lo pongo todo en una balanza, me siento afortunado. No miro lo que no tengo, miro lo que tengo. ¿A qué tipo de público se dirige Brooks Brothers? No tenemos una clase de cliente especial, somos una marca muy democrática. Eso sí, no es una persona que quiera estar a la última en moda, es alguien al que le gusta lo clásico, pero con un punto diferenciado. ¿El diseño es americano? Si, Nueva York es el corazón de la empresa, aunque tenemos un equipo en Milán y otro en Asia que contribuyen. Además, hablamos con clientes de toda Europa que también influyen en nuestras decisiones. ¿Por qué ahora una tienda propia en España? Por un lado, era el mejor momento en cuanto a la ubicación. Por otro, somos una empresa que tiene doscientos años, hemos pasado guerras, depresiones, problemas y crisis de todo tipo, pero siempre hemos sobrevivido y hemos emergido más fuertes. Eso está en nuestro ADN. Los momentos de crisis son oportunidades. Además, tenemos muchos clientes españoles. ¿Es entonces el mejor momento para una expansión? Sin duda. Acabamos de abrir en Estambul, Roma y Madrid. También en Moscú el año pasado. Estamos presentes en China, con 60 tiendas, y, además de Estados Unidos, el japonés es nuestro mayor mercado.