Obtiene una plusvalía cercana a 100 millones respecto a la inyección de la ampliación de 2013La operación, de unos 1.260 millones, dotará de liquidez a la acción, lo que pedían los inversoresEl Frob ha arrancado la venta de Bankia, al dar orden para colocar de forma acelerada un 7,5 por ciento del capital de Bankia entre inversores cualificados. La acción cerraba ayer a un precio de 1,58 euros y según prevén fuentes del mercado el descuento que se exige para este tipo de operaciones podría rondar un 7,5 por ciento. Esto supone que los 863,79 millones de títulos puestos en venta alcanzarán un valor aproximado de 1.260 millones de euros o, lo que es lo mismo, un cambio de 1,46 euros por título. Esta cantidad implica que el Frob, a través de la matriz de Bankia, BFA, obtendrá una plusvalía cercana a los 100 millones de euros respecto a la inyección realizada en mayo pasado. En ese mes, BFA aportó 10.600 millones de euros a Bankia en una ampliación de capital a 1,35 euros por acción. Sin embargo, esto no quiere decir que si la operación se repitiera hasta que el Frob saliera totalmente del capital saldaría la venta con plusvalías, ya que las ayudas públicas recibidas por el grupo Bankia han sido de 22.424 millones. La razón por la que esta operación tiene sentido, más allá del precio pagado, es que los inversores internacionales exigían a la entidad que mejorara su free float para adquirir parte de su capital. Nuevas colocaciones Hasta este momento el Frob tenía el 68,4 por ciento del capital de Bankia. Tras la operación el free float se eleva al 39,1 por ciento del capital, un porcentaje que aún podría subir este año, ya que según declaró en varias ocasiones el ministro de Economía, Luis de Guindos, el Estado tiene interés en retener el 51 por ciento de Bankia hasta que pueda aplicar en la desinversión una prima de control y recuperar la totalidad de las ayudas. La cotización de la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri aún debería subir otro 80,19 por ciento y alcanzar los 2,847 euros por acción para que se recuperasen íntegras las 22.424 millones de ayudas inyectada en el grupo. A este respecto, Goirigolzarri ha sostenido recientemente que lo que hay que contemplar es el precio medio al que se haga la venta total y no fijarse en las primeras operaciones. El banquero también ha recordado que las inyecciones se hicieron en la matriz del banco, por lo que también hay que tener en cuenta otros activos de BFA aparte de la entidad cotizada. Entre estos activos destaca la participación en Iberdrola, del que tiene el 5 por ciento, que a los precios actuales tiene una valoración de unos 1.500 millones de euros. El Estado, no obstante, aún no saca ningún beneficio de la colocación de Bankia, ya que es el propietario del 100 por ciento de BFA y será esta entidad y no él, quien se apunte las plusvalías de la colocación acelerada. Según las condiciones impuestas por Bruselas, el Estado tiene hasta 2017 para salir completamente del capital del grupo. Por ahora, y tras la operación, se cumple con las exigencias de los inversores institucionales y se sigue el guión adelantado por Guindos de no vender grandes paquetes para no perjudicar en exceso la cotización de la acción. Ayer, el ministro afirmó que la colocación es una muestra del cambio de percepción sobre el sistema financiero español y sobre la economía. En este sentido, añadió que los asesores, tanto del Frob como de Bankia habían recomendado "incrementar la liquidez del valor". Guindos había señalado en ocasiones anteriores que la primera operación de venta debía ser cuidadosamente diseñada para reforzar la imagen de España y sus bancos. En ese sentido también había insistido Goirigolzarri, al defender que debía dejar "un buen sabor de boca" en el mercado. Para el diseño de la hoja de ruta de la privatización de Bankia el Frob anunció el pasado 14 de febrero la contratación de Goldman Sachs para este fin y pocos días después fue BFA el que anunció el fichaje de Rothschild. Tanto Guindos como el presidente de BFA-Bankia han insistido en que este año, antes de lo previsto, se había detectado un fuerte interés inversor por la entidad. Recientemente Goirigolzarri y su mano derecha, el director general de presidencia, José Sevilla, pudieron comprobar en una gira en Londres este interés, pero sobre todo la exigencia de que para que se materializase debería mejorar la liquidez de la acción en el mercado. Tras la ampliación, alrededor de un 20 por ciento del capital había quedado en manos de preferentistas, por lo que poco más de un 10 por ciento estaba en manos de institucionales, los que mueven la acción en el mercado bursátil.