La federación que representa al sector asegura que han desaparecido 2.000 empresas en cuatro añosLas empresas de servicios auxiliares de energía y telecomunicaciones representan a un sector gravemente castigado por las últimas reformas del Gobierno. Estas medidas, unidas a una fuerte crisis económica, han contribuido directamente a que las plantillas medias de esta industria se hayan reducido en un 45 por ciento en los últimos cuatro años. Así lo confirma Javier Domínguez, gerente de la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Eléctricas y Telecomunicaciones de España (Fenie), que asegura que han pasado a representar 14.000 empresas, frente a las 16.000 de hace unos años. Antes de conocer cuáles iban a ser los detalles del proyecto del Gobierno para reformar el sector energético, la Federación preveía que el sector podía crecer a un ritmo de 80.000 puestos de trabajo anuales, sin embargo estas expectativas han caído en saco roto. Estas perspectivas se habían tomado basándose en los objetivos europeos para 2020, que contemplan una reducción del 20 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como un 20 por ciento de energías renovables y un aumento del 20 por ciento de la eficiencia energética. Este último punto suponía la salvación de este sector, que tras la crisis del ladrillo, ha tenido que centrar sus esfuerzos en ofrecer servicios relacionados con la eficiencia energética y la rehabilitación de edificios. "Siempre hemos ofrecido servicios que buscaban ahorros energéticos para nuestros clientes, pero ahora los estamos intensificando, ya que tampoco tenemos mucho más nicho de negocio", asegura Domínguez. Sin embargo, el último cambio anunciado por el secretario de estado de Energía, Alberto Nadal, en la estructura de la factura de la luz, ha impactado gravemente en este negocio. "En el peso económico del recibo la parte de potencia aumenta y la energía disminuye. Esto se traduce en que si un cliente apuesta por mejorar su eficiencia, "recibirá el retorno de esta inversión en unos ocho o diez años, frente a los cinco años que se tenía que esperar antes", indica el gerente de Fenie. "Evidentemente, la mayoría de clientes potenciales que podían tener nuestras empresas de servicios en este campo se lo piensan más de lo que lo hacían antes de la reforma, que penaliza cualquier actuación de este tipo", sentencia Domínguez. Pero a pesar de las oscuras expectativas, la Federación se resiste a ser pesimista. "La rehabilitación de edificios se ha visto muy afectada por las primeras medidas que se tomaron en agosto del año pasado, pero no vamos a dejar de ser optimistas porque parece que Fomento quiere promover este aspecto". Sin embargo, el ambiente que se vive en los primeros meses de este año y las previsiones para el siguiente dan a entender que estos servicios no se reactivarán al menos hasta 2016. Sobrevivir fuera de España Mientras tanto, el sector ha tenido que buscar una salida a la crisis, llevando el talento tecnológico de las empresas españolas hasta los lugares más recónditos del planeta. De hecho, esta industria ha llevado fuera de nuestras fronteras el autoconsumo, uno de los servicios que prometían sostener a este sector durante los años de crisis y que la reforma también ha golpeado con dureza. "Se sigue manteniendo el peaje de respaldo para el autoconsumo, lo que ha provocado que muchas empresas de servicios que estaban muy centradas en eso hayan buscado nuevas oportunidades fuera de España", explica. "Tenemos empresas en el África subsahariana intentando vender estos sistemas en zonas muy rurales para complementar los servicios de generación con gasóleo que tienen ahí". Además están haciendo contactos con mercados como el colombiano. "Es un territorio muy amplio, con más de un millón de kilómetros cuadrados en zonas de acceso complicado con poca red eléctrica donde podemos vender este tipo de soluciones". Desde la Federación aseguran que están haciendo todo lo posible, a través de la formación y la información para que se reduzca lo menos posible el empleo. "Motivamos a las empresas para que se unan y puedan ser más fuertes en nuevos mercado, pero es muy complicado cambiar la mentalidad de los empresarios en poco tiempo". A pesar de los esfuerzos, la realidad es que antes las empresas de Fenie eran medianas y pequeñas, y tras las múltiples reformas "ahora todas nuestras empresas son pequeñas y van a convertirse en diminutas", concluye.