Los planes de retribuciones de la banca contemplan desde hace tiempo una parte variable, en efectivo y en metálico diferido en el tiempo. En el caso del Santander, sus consejeros ejecutivos y los altos directos perciben este bonus en un 40 por ciento el primero año a razón de mitad en títulos y mitad en efectivo, y el 60 por ciento repartido de la misma manera en los siguientes tres ejercicios. Además, cuentan con planes de incentivos por objetivos. El año pasado, la cúpula de la entidad se quedó sin el correspondiente aprobado a mediados de 2010. Según el informe de retibuciones, ninguno recibió este incentivo al incumplirse los objetivos del proyecto, basado en la rentabilidad de la cotización frente a sus comparables en el mundo. Así, los máximos responsables del banco dejaron de ganar unos 200 millones de euros. El presidente Emilio Botín, por ejemplo, vio cancelada la entrega de unas 83.000 acciones a las que tenía derecho. El nuevo consejero delegado, Javier Marín, también se quedó sin esta variable, cuyas acciones ascendían a unas 54.777. Eso sí, la variable sí pudieron cobrarla. En el caso de Botín, el bono sumó 31.448 acciones, la mitad de las asignadas, al igual que el resto de directivos, al no alcanzar por completo los objetivos fijados para la recepción de la totalidad.