Salini Impregilo no está conforme con las concesiones del consorcio a PanamáComo ya sucediera al comienzo de la crisis en Panamá, la obstinación del socio italiano de Sacyr en el consorcio adjudicatario de las obras de ampliación, Salini Impregilo, ha vuelto a paralizar la consecución de un acuerdo con la Autoridad del Canal (ACP). Según han explicado fuentes conocedoras de la situación a este diario, el grupo italiano se habría mostrado reticente a firmar el preacuerdo anunciado la pasada semana por el administrador del organismo panameño, Jorge Quijano, por entender que éste es demasiado desfavorable para sus intereses habida cuenta de que para la ACP es mejor terminar la obra con el GUPC que con cualquier otra empresa, tal y como ha asegurado Quijano. Fuentes de Sacyr, la cual mantiene una buena relación con la ACP al contrario que su socio, no han querido ni desmentir ni confirmar esta información, aduciendo que las negociaciones entre las partes continúan. De hecho, la ACP y representantes del consorcio mantuvieron ayer nuevas conversaciones en aras de encontrar una solución al conflicto. Esta actitud de Salini Impregilo habría motivado el comunicado de la ACP en la madrugada del martes, donde avanzaba que el principio de acuerdo alcanzado con el consorcio no ha cristalizado, habiéndose evidenciado desde entonces que las posturas entre ambas partes siguen siendo distantes. "En el momento de estructurar por escrito esos acercamientos resaltaron serios desacuerdos". Retomar los trabajos Sin embargo, esta situación no ha impedido a la Autoridad del Canal solicitar al consorcio que retome las obras en la vía marítima mientras se cierran aquellos aspectos que siguen abiertos a negociación. Para ello ha propuesto al contratista que cada una de las partes inyecte 100 millones de dólares (73 millones de euros) al proyecto para dotarlo de liquidez. Para la ACP esta semana es clave para la resolución del conflicto, que ya dura casi dos meses. De esta forma, si antes del próximo lunes las partes no han sellado un pacto, la ACP podría poner en marcha el plan B, en virtud del cual la autoridad panameña tomaría el control de las obras para acabarlas por su cuenta contratando directamente a las empresas necesarias para ello. Eso sí, esta alternativa, no deseada por ninguna de las dos partes, supondría que la apertura de la ampliación del Canal no podría darse hasta 2018, tres años después de la fecha prevista con el consorcio (diciembre de 2015). Los trabajos para la construcción del tercer juego de esclusas del paso interoceánico se encuentran en estos momentos al 70 por ciento. Por otro lado, según el preacuerdo paralizado por Salini Impregilo, otro de los puntos clave sería la autorización del Gobierno a que la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (Cesce) modifique las garantías con que avaló a Sacyr para que así la aseguradora del proyecto, Zurich, pueda convertir en préstamo la fianza de 400 millones de dólares (290 millones de euros) aportados por el consorcio al inicio de la obra. Esta luz verde podría llegar este mismo vienes al Consejo de Ministros si hoy la comisión delegada del Gobierno da su visto bueno.