La entidad mantiene sólo el 4% de Amper y ultima la colocación de DeoleoLa Caixa ha acelerado en el último tramo del año pasado y principios del presente la venta de activos no estratégicos con el objetivo de obtener plusvalías y recapitalizarse con vistas a los test de estrés que realizará el BCE después del verano. En el marco de esta política, la entidad se ha desprendido en su práctica totalidad de la cartera industrial heredada de Banca Cívica. Desde noviembre se ha deshecho de la mayor parte de participadas procedentes de Caja Navarra, Cajasol, Caja Burgos y Caja Canarias. En concreto, ha colocado en el mercado las acciones de Campofrío, Adveo, CAF y GAM, aprovechando la revalorización de la bolsa experimentada en este periodo de tiempo. Con estas ventas, sólo mantiene en la cartera de cotizadas de Banca Cívica el 5,3 por ciento de Deoleo y el 4,1 por ciento de Amper. Si bien, la participación en Deoleo está en proceso de desinversión junto a los títulos de otras entidades de crédito. Se prevé que en las próximas semanas se cierre esta operación. La Caixa decidió poner en venta las participadas de Cívica al poco tiempo de su adquisición, que se produjo a mediados de 2012. El grupo catalán también tomó la decisión de destituir del consejo del consejo de administración a los expresidentes de la absorbida, Enrique Goñi y Antonio Pulido, tras una breve y polémica estancia por las retribuciones que percibían. La cartera industrial, que se valoró en su día en unos 200 millones de euros, cuenta no sólo con participaciones cotizadas. Hay un sinfín de empresas menos líquidas, característica que no ha impedido a La Caixa imprimir velocidad en su estrategia. En 2013 ha podido deshacerse de las acciones heredadas en Isla Mágica, T-Solar y Mecalux. En diciembre colocó el 13 por ciento del grupo burgalés Antolín. Mantiene aún el 22 por ciento de Isolux Corsán. En la última presentación de resultados, el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, señaló que el objetivo de la entidad es poder conseguir unas plusvalías anuales de 500 millones con las participadas. En esta meta se incluyen las ventas de la cartera tradicional del grupo con sede en Barcelona, que en los últimos meses ha sufrido cambios significativos. Las operaciones más relevantes afectan a la mexicana Inbursa, con ventas de más de un 10 por ciento, la colocación a través de bonos convertibles del 2,5 por ciento de Repsol y el 5 por ciento de BME. El mayor ritmo de desinversiones del grupo ha supuesto cambios en otras filiales o divisiones, como la plataforma tecnológica o el negocio de seguros de Banca Cívica y Banco de Valencia en el ramo de no vida.