El consejero delegado de Barclays, Antony Jenkins, ha decidido renunciar al bonus que le había otorgado el consejo de administración por el ejercicio 2013, al igual que hizo en 2012, argumentando que no sería "correcto" recibirlo tras los elevados costes legales a los que ha tenido que hacer frente la entidad y a la ampliación de capital que tuvo que hacer para cumplir con las exigencias de Reino Unido. En un comunicado, Jenkins destaca que 2013 ha sido un año de un "considerable cambio positivo" para Barclays y, en particular, se mostró orgulloso de los progresos realizados a la hora "comenzar a reconstruir la confianza, definir e implementar una cultura común, reposicionar el negocio para el futuro y mejorar significativamente el balance". Sin embargo, admite que, aunque todas estas medidas van en el interés a largo plazo de sus accionistas, es consciente de los costes "muy significativos" que han sido necesarios para abordar problemas legales en 2013, así como para deshacerse de activos y negocios.