madrid. Un equipo de ordenadores para un colegio de primaria, un centro de mayores a las afueras de la ciudad, un programa de integración laboral para discapacitados… Por ahora, los proyectos en los que participan las fundaciones privadas vinculadas a las grandes empresas españolas están muy lejos del relumbrón mediático de la fundación Bill Gates, que recibirá un cheque de 29.920 millones de dólares del segundo hombre más rico del mundo, Warren E. Buffet. En España existen alrededor de 6.000 fundaciones privadas, muchas de ellas ligadas a los grandes nombres de los negocios, como Amancio Ortega, Emilio Botín o Esther y Alicia Koplowitz. Pero son las cajas de ahorros las que más fondos destinan a presupuesto social, como parte de su naturaleza fundacional. Aun con todo, las 46 cajas españolas superan por poco el presupuesto con el que cuenta la mayor institución mundial: la Bill & Melinda Gates Foundation. La fundación de caridad radicada en Seattle y dirigida por el fundador de Microsoft y su esposa dispuso en 2004 de 1.042,3 millones de euros. Ese mismo año, la obra social de las cajas sumó 1.137 millones.Las cajas, las más generosas La Caixa, Caja Madrid y la Fundación ONCE se colocan en el podio de los españoles más filantrópicos, al tener previsto destinar este año 303 millones, 187 millones y 84,6 millones, respectivamente. ¿Y las empresas del Ibex? Poco a poco se suben al carro del mecenazgo. De las 35 principales empresas españolas, una decena no ha creado todavía su propia fundación, si bien colaboran con programas sociales, de distintas maneras. Las inmobiliarias y constructoras prefieren echar mano de terceros para los fines sociales.Por el contrario, Emilio Botín, Amancio Ortega y las hermanas Koplowitz son los grandes mecenas españoles, a pesar de que sus presupuestos quedan muy lejos de los colosos europeos y, sobre todo, americanos. Por ejemplo, el presidente de Inditex, número 23 de la lista mundial de multimillonarios de Forbes, creó la fundación que lleva su propio nombre, con un presupuesto inicial de 60 millones de euros. Su actividad se centra en acercar las nuevas tecnologías a lugares donde escasean (véase ordenadores de última generación a aldeas) y en apoyar la investigación y el desarrollo. También su ex mujer, Rosalía Mera, quinta fortuna española según Forbes, ha creado su propia organización social, Fundación Paideia, dedicada a la integración de discapacitados. Mecenas con nombre propio El banquero Emilio Botín (séptimo español en Forbes con 1.900 millones de euros) gastará 29 millones de euros este año y el que viene. Y Esther Koplowitz, principal accionista de FCC, ha destinado 60 millones de euros a proyectos solidarios en los dos últimos años. Su fundación, que también adoptará su nombre (cuando se trata de hacer algo bueno todos quieren dejar claro quién está detrás), ha promovido la construcción de un centro de investigación biomédica en Barcelona y residencias para ancianos sin recursos en la misma ciudad, así como en Madrid y Valencia. Como ejemplo de una organización de toda la vida, unida a los negocios españoles, otra gallega. La Pedro Barrié de la Maza es el principal accionista del Banco Pastor (un 40,7 por ciento) y cumple en noviembre 40 años. Su presupuesto para este ejercicio es de 14,7 millones, destinados a promover el desarrollo en Galicia. Y es que está volcada en favorecer el progreso del territorio desde su creación en 1966 por el empresario Pedro Barrié, Conde de Fenosa. En el conjunto de su trayectoria, el dinero invertido en obra social supera los 252 millonesy, sólo en el ámbito educativo, ha otorgado 13.800 becas.Beneficios fiscalesY todo esto ¿a cambio de qué? Los detractores de las fundaciones siempre han defendido que son una buena excusa para obtener beneficios fiscales. Aunque, en comparación con Europa, no es tanto. Una fundación española se puede deducir el 35 por ciento del Impuesto de Sociedades, mientras que sin irse muy lejos, en Francia el ahorro fiscal puede alcanzar el 65 por ciento. Además, el IVA que se aplica a sus actividades es del 16 por ciento, el máximo posible.La situación va para largo, ya que el Gobierno aprobó en noviembre de 2005 un reglamento regulador de las fundaciones, en el que no se abordó ni el tratamiento fiscal ni los efectos contables y registrales. Otro de los grandes problemas de las fundaciones es que no existe un directorio para conocer el número de exacto de organizaciones de este tipo. La Asociación Española de Fundaciones, creada hace tres años, se ha propuesto elaborar un listado lo más exhaustivo posible. Y, pese a su reciente creación, la organización ya tiene a todos los grandes en ella. Incluso la presidencia está en manos de Ignacio Camuñas, ex ministro de UCD, e Isidro Fainé, director general de La Caixa y presidente de Abertis. Uno de los objetivos de esta asociación es impulsal y, particularmente, dar a conocer a las fundaciones que la integran. Quién donó aquellos ordenadores o quién está ahora detrás de la escuela para discapacitados. Aunque, claro, entre 6.000 organizaciones, siempre habrá alguna cuyo nombre difícilmente podrá desligarse de una imagen poco social. Es el caso de la Fundación Albertino de Figueiredo para la Filatelia, fundador de Afinsa, que desde mayo está siendo investigada por presunta estafa.