Lamenta los escasos recursos del futuro fondo europeo para resolver entidadesEl Banco de España no quiere sustos en los exámenes de las autoridades europeas, ni que las entidades financieras se relajen tras superarlos. El subgobernador del organismo, Fernando Restoy, dijo ayer que un resultado positivo será sólo "un punto de partida" en el cambio de sistema supervisor que se avecina y las entidades deben volcarse aún en preservar el capital, mejorar la eficiencia y cuidar la calidad de los activos, ya que el escenario se encuentra "plagado de desafíos". Restoy defendió que la banca española está, "en general, en una posición favorable" para afrontar los ejercicios, gracias a la profunda reestructuración acometida durante unas jornadas sobre regulación organizadas por Analistas Financieros Internacionales (Afi). Pero al mismo tiempo, reconoció que la implementación de los nuevos esquemas y requerimientos en capital, liquidez y apalancamiento, supone un "esfuerzo adicional", cuando la débil economía "presiona sobre sus márgenes de modo significativo". El sector encara las pruebas con algunas debilidades. Los ratios de capital se sitúan en la horquilla inferior, muy por debajo de la banca alemana, francesa o británica, al encontrarse los riesgos mucho más penalizados en España y los análisis se producirán antes de que se homologuen estas reglas de juego. Un factor susceptible de pasar factura es la cartera de deuda, cuya penalización sigue en estudio. La banca cargó sus balances de deuda, adquirida con el dinero barato del Banco Central Europeo (BCE), para compensar la falta de negocio. La renta fija, pública y privada, supone un 17 por ciento el balance y aporta el 35 por ciento del margen de intereses, estimó el consejero delegado de Afi, Angel Berges. El ejercicio ayudará a comprobar la salud del sector y reforzar su solvencia antes de que el BCE asuma la supervisión. Una pieza del puzle de la unión bancaria, en cuya creación España deposita expectativas en que la homologación de reglas aflore la mayor solvencia de la banca nacional y acabe con una fragmentación que encarece el crédito. Restoy lamentó la falta de acuerdo para crear un fondo común para financiar el mecanismo de resolución de entidades y criticó su "tamaño modesto". Se ha impuesto un esquema donde cada Estado seguirá auxiliando a sus entidades hasta 2026, aunque podrá pedir prestado a otros países en caso de necesidad. El proyecto es que movilice 55.000 millones de euros, a cargo de la industria, cuando sólo España ha comprometido 57.000 millones en rescatar entidades. Restoy defendió que, al menos, se permita que el Mecanismo de Resolución (Mede) asista en caso de resoluciones de entidades sistémicas.