El Estado ingresaría 1.450 millones por esa cuota de 22.424 millones inyectadosEl inicio de la privatización de Bankia se adivina cercano. Tras el rally protagonizado por su cotización en los últimos meses y el interés despertado entre inversores institucionales extranjeros, es factible que se coloque entre un 5 y 10 por ciento este mismo año si concurren las condiciones adecuadas. Así lo apuntó el presidente de Bankia, José Ignacio Gorigolzarri, a The Economist, con la precaución de que la última palabra pertenece al Gobierno, que ya ha encomendado a los gestores del banco y al Fondo de Reestructuración Bancaria (Frob) analizar la mejor estrategia de desinversión para tener un plan en dos meses. "El tamaño del rescate sorprendió a algunas personas en el mercado, pero el tiempo pone a cada uno en su lugar", reflexionó Goirigolzarri en declaraciones a The Economist. Basta con que la cotización alcance los 1,35 euros, rebasados en varias de las sesiones de los últimos días, para que el 68,39 por ciento de Bankia de propiedad pública valga los 10.621 millones que el Estado comprometió en la última recapitalización. Sin embargo, la factura comprometida en el grupo con cargo al contribuyente es muy superior: 22.424 millones, inyectados desde que en 2010 se fusionaron las siete cajas que dieron lugar al grupo BFA/Bankia. Para recuperarlos íntegros, la cotización deberá alcanzar los 2,847 euros. Ayer cerró en 1,263 euros, influida por un parqué en corrección de las últimas alzas. A los precios actuales, el Estado ingresaría entre 727,32 millones y 1.454,64 millones de decidirse a enajenar entre un 5 y 10 por ciento. A la hora de encarar la desinversión, la referencia es Lloyd's Bank, cuya privatización ejecuta el Tesoro británico por fases para ir poniéndolo en valor la entidad y su gestión. Poner en valor una compañía pasa muchas veces por testar el apetito con pequeños paquetes y varios fondos internacionales ya han expresado su interés por Bankia. Colocar desde un 5% La Comisión Europea concedió hasta 2017 al Estado para salir y la idea inicial verbalizada meses atrás por Goirigolzarri era esperar a 2015 para dar el pistolezado de salida. Para entonces, se jugaría con la posibilidad de restablecer la entrega de dividendos como aliciente y sería superior el grado de ejecución del plan de reestructuración. Pero una colocación en bloque y, sobre todo, apurar los plazos implica un riesgo de hundir la valoración. Bankia comienza a visualizarse como el ejemplo visible de la recuperación y el fin de la reestructuración bancaria. Sus gestores fijaron metas en solvencia, negocio y red para el trienio 2013-2015. En los primeros nueve meses de aplicación del plan, ha cubierto en más del 50 por ciento la inmensa mayoría. En noviembre concluyó la reestructuración de sucursales y la salida del personal está resuelta en un 77 por ciento. El objetivo de beneficio para el pasado ejercicio es de 800 millones y de 1.200 millones para 2015. El grupo BFA-Bankia ganó 648 millones hasta septiembre tras haber encajado en 2012 pérdidas por 19.193 millones, las más abultadas presentadas por una entidad en España. Si repitiese en el último trimestre la ganancia promedio anterior excedería el objetivo, si bien la entidad defendió que cualquier excedente iría a reforzar la solvencia. El resultado se conocerá el día 3. Baza política El Gobierno, según palabras del mismo ministro de Economía, Luis de Guindos, otorga a Bankia un rol muy importante en la credibilidad de su política económica. Cosechar los primeros resultados, con el inicio de su privatización, se dibuja como una posible baza a jugar también de cara a las elecciones europeas en mayo y el posible interés del Ejecutivo por que el ministro De Guindos presida el Eurogrupo.