Fernando y Carlos López son dos hermanos sevillanos que decidieron fabricar un calzado cómodo, artesano y a un precio asequible. Hoy su marca se vende en EEUU, México y Oriente Medio. Por C. P.Emprender no es fácil en los tiempos que corren, por muy de moda que esté en nuestro país. Tener una buena idea no siempre es suficiente. Fernando López, fundador de Crownhill Shoes, es un claro ejemplo de lo que significa una buena gestión de lo que él detectó como una necesidad. Ésta se tradujo en fabricar un zapato de calidad a precios que no rayaran en el disparate. Este sevillano, licenciado en Derecho y ADE por Icade, nos ha contado su andadura por el curioso mundo del calzado. Pisar con garbo sin sufrir Crownhill empezó como proyecto hace cuatro años, pero Fernando ató bien todos los cabos antes de embarcarse en la aventura. Necesitaba un zapato para ir a trabajar de traje todos los días, pero nada bajaba de los 200 euros, y, además, como él dice, "había que domarlos" antes, pues las rozaduras y dolores de las primeras puestas eran inevitables. Este problema no le era desconocido a muchos de sus amigos. Con ese pretexto empezó a buscar los zapateros artesanos que pudieran hacer posible el calzado que él tenía en mente: clásico, de calidad y a un precio asequible-por no decir más que justo: 135 euros, que es lo que valen todos los modelos-. Así, este joven emprendedor convenció a su hermano Carlos para crear un punto de venta por Internet. Desde entonces, él se ha convertido en fabricante: diseña, elige las pieles, las hormas y todos los materiales, y su hermano se encarga del marketing. A partir del pasado septiembre, Crownhill está en plena etapa de éxito, y basta teclear las cuatro primeras letras en Google para que la marca aparezca como la primera sugerencia. Los encargos les llegan desde Estados Unidos, México, y hasta de países de Oriente Medio que, incluso para él, fueron una sorpresa, como Kazajistán o Emiratos Árabes, donde ya incluso planea poner el pie con un punto de venta en Dubai, debido a la gran demanda que recibe. Un zapato 'inglés' hecho en España Fernando reconoce que al precio al que venden es difícil obtener un buen margen para imprevistos. Crownhill sólo fabrica en nuestro país, lo que resulta más caro. El motivo es que no cree justo pagar menos por localizar a sus trabajadores fuera, con peores condiciones. Además, en España no se pueden utilizar algunos de los materiales que se usan en fábricas extranjeras, lo que provoca una fuerte desventaja para nuestros provedores, explica. De esta manera, ayuda también a impulsar el mercado español. ¿Por qué un nombre inglés para una marca española?: "Al fin y al cabo es un zapato clásico de diseño inglés", cuenta. "Es sencillo relacionar Inglaterra con la corona. De ahí lo de crown. El problema lo encontraba sobre todo al principio, cuando los artesanos o transportistas lo escribían como craun o incluso cronly", comenta entre risas. Ahora ya son muchos más que pocos los que conocen la marca, que también tiene zapatos femeninos, aunque sean los de hombre los que, por el momento, más se vendan. Concretamente, el modelo Sao Paulo (el clásico Oxford picado) siempre está agotado. Pero, realmente, lo que hace especial a los Crownhill Shoes, más allá de su diseño, es su confección, pensada para la comodidad del cliente. Los detalles se revelan a simple vista. Una suela de piel y un injerto de goma que la hace apta para aislar el frío en invierno y el calor en verano, y una plantilla patentada que cubre todo el interior del zapato y que tiene efecto memoria -a los pocos días de llevarlos, la huella de su pie quedará grabada haciéndolos más que suyos-, son sus mejores sellos de garantía. Otra de las ventajas es que los envíos son totalmente gratuitos y si el zapato no se acomodase del todo a su pie, se devuelve y se da la posibilidad de ensancharlo, estrecharlo, o lo que se precise. Ante todo, Fernando aclara que el objetivo es que el cliente se quede convencido de que ha comprado un zapato de los que duran toda la vida.