Pagará a los afectados que pierdan el arbitraje para minimizar sus pérdidas Unicaja hace un guiño a los preferentistas de Caja-España-Duero (Ceiss) para encarrilar la integración. La entidad malagueña, ante la reticencia de los inversores minoritarios a aceptar su oferta, ha decidido compensar a aquellos minoritarios que acudan a su propuesta y no se beneficien del arbitraje puesto en marcha por el Frob para recuperar la inversión. La andaluza ha establecido una fórmula para pagar en metálico a estos particulares. Abonará el 75 por ciento del valor de los bonos de Ceiss menos la tasación de los convertibles entregados por Unicaja en el canje y la diferencia entre los intereses percibidos por las preferentes y los intereses medios de un depósito en el mismo periodo. El montante nunca superará los 200.000 euros, misma cantidad que ha comprometido el Frob en el proceso arbitral. Con esta compensación los afectados (se calcula unos 37.000 particulares) podrán recuperar un máximo del 88 por ciento de la inversión que hicieron en su día en preferentes y deuda subordinada. En el caso de que el Frob apruebe el arbitraje, el rescate puede alcanzar un 97 por ciento. Las nuevas condiciones han llevado a que Unicaja amplíe por segunda vez el plazo para que los inversores particulares acudan a su propuesta de compra. Da más tiempo, hasta el 20 de enero. Para que la absorción de Ceiss salga adelante es imprescindible que al menos el 75 por ciento de los tenedores de preferentes y subordinadas aceptasen la oferta de Unicaja. Este condicionante está dificultando el proyecto de integración, ya que su visto bueno obliga a renunciar a cualquier tipo de denuncia judicial. Los preferentistas de la caja castellana han perdido hasta ahora en torno al un 71 por ciento del dinero invertido. Ante el malestar del colectivo de afectados, el Frob inició el arbitraje -parecido al de Bankia, Novagalicia y Catalunya Banc- para aquellos que demuestren que hubo mala praxis en la comercialización. El fondo de rescate público estima que entre el 50 y el 60 por ciento podrán beneficiarse de este sistema. El Estado se gastará entre 240 y 400 millones de euros, teniendo en cuenta que abonará entre el 50 y el 75 por ciento de la inversión. El resto del dinero se entregará en bonos convertibles de Unicaja, procedentes de la conversión de sus bonos de Ceiss (antes preferentes y deuda subordinada tras la aplicación de las quitas). Los nuevos instrumentos tendrán una rentabilidad de entre el 4 y el 6 por ciento y podrán hacerse líquidos una vez que la malagueña cotice en el mercado bursátil. Su estreno está fijado para antes de 2018. Entonces los bonos se convertirán en acciones, cuyo valor se establecerá en su momento.