Los socios de la patronal Anfabra reducen un 10% su consumo de energía desde hace tres años La Asociación de Bebidas Refrescantes de España (Anfabra) ha reunido por primera vez en un informe las conclusiones de todas las políticas medioambientales que vienen desarrollando las empresas del sector desde hace varios años, las cuales han logrado reducir el consumo de energía hasta en un 10 por ciento desde 2010. Pero esa no ha sido la única estadística en la que los esfuerzos por reducir la huella ecológica están dando sus frutos. Por el lado de los envases, estos son ya todos reciclables o reutilizables y su peso se ha reducido en la última década entre un 12 y un 14 por ciento, dependiendo del material. Los fabricantes socios de Anfabra también se han puesto manos a la obra para lograr una correcta gestión de los residuos que produce, valorizando hasta el 90 por ciento de los desechos en las plantas de fabricación. En cuanto al consumo de agua, otro de los puntos críticos en la producción, los consumos se han reducido un 8 por ciento en los últimos dos años. Un porcentaje que podría llegar al 20 por ciento para 2020. Cadena de distribución Otro de los caballos de batalla de la asociación, reducir al mínimo los problemas medioambientales derivados de la distribución tanto de las materias primas como del producto final. Ignacio Silva, vicepresidente de la asociación, ha afirmado a la revista Agua y Medio Ambiente de elEconomista que "el medio ambiente no entiende de crisis y es indispensable minimizar los impactos contaminantes derivados de las distintas fases del proceso de producción, además de aquellos consecuentes e indirectos por parte de la cadena de valor: actividades agrícolas para la obtención de materias primas, logística, distribución y venta final". En cuanto a la generación de residuos, durante todas las fases del proceso productivo se crean desechos sólidos y líquidos que es necesario gestionar con diligencia. Los principales son el material de envasado sobrante, los de embalaje de productos incorporados al proceso, los residuos de los envases de los productos de la limpieza y mantenimiento de las instalaciones y las aguas residuales. Las empresas de este sector lograron en 2012 una facturación directa de 5.171 millones de euros, lo que significa un incremento de un 2,9 por ciento en términos nominales, del 0,4 por ciento en términos reales. En relación con el consumo, casi el 75 por ciento de los hogares españoles consumieron este tipo de bebidas durante ese año. Estas magnitudes han sido alabadas por el propio ministro Arias Cañete, quien insiste especialmente en que lo más importante dentro de esta industria es que ha mantenido el empleo directo de en torno a 8.400 puestos de trabajo, cifra que se multiplica casi por ocho si se considera el empleo generado de forma indirecta. Asimismo, Cañete, durante un conferencia reciente también incidió en la alta capacidad innovadora del sector, capaz de sacar hasta 150 nuevos productos al mercado en un solo año. Envases sostenibles Uno de los principales retos al que se enfrenta el sector de las bebidas refrescantes es compatibilizar la minimización del impacto ambiental de sus envases con el cumplimiento de los exigentes requisitos de calidad, seguridad e higiene alimentaria a los que están sometidos sus productos. Las empresas están trabajando para reducir el impacto derivado de los consumos asociados a la producción y el transporte de envases y de la generación de residuos tras el consumo de bebidas por el consumidor final. Pero los envases también presentan beneficios ambientales, como la reducción de la generación de desperdicios alimentarios en las fases de venta y consumo, ya que garantizan el óptimo estado del producto durante más tiempo. Según Ecoembes, en 2012 más del 70 por ciento de los envases de destino doméstico gestionados por esta entidad han sido reciclados. Se estima que el sector de bebidas refrescantes representa el 13 por ciento del material incluido en los procesos integrales de gestión desarrollados por Ecoembes.