Recurrirá la sanción de Competencia en Brasil para ni vender Vivo ni salir del capital del operador transalpinoTelefónica anunció ayer la renuncia voluntaria e inmediata de sus dos plazas en el consejo de Telecom Italia. César Alierta, presidente de la teleco, y Julio Linares, consejero de la entidad, no ocuparán los asientos que tienen asignados en el máximo órgano de gobierno del operador transalpino. Lógicamente, ningún otro representante de Telefónica ocupará dichos puestos ahora vacantes. Con ese gesto, la compañía española deja claro su ausencia de interés en las relaciones empresariales y comerciales en Brasil, ante la existencia de intereses comunes en Vivo y -de forma indirecta- en Brasil Telecomunicaçones (TIM Brasil). El mensaje tiene un destinatario directo: las autoridades de competencia brasileñas. Asimismo, el operador no se quedará de brazos cruzados ante la denuncia impuesta por el supervisor de la competencia brasileño. Ante lo que la teleco considera una medida desproporcionada del Cade (Consejo Administrativo de Defensa Económica de Brasil), el departamento jurídico de la española medita la posibilidad de acudir a los tribunales para ejercer su derecho de defensa. "Telefónica considera que las medidas impuestas no son razonables y, en consecuencia, está analizando la posibilidad de iniciar las acciones legales pertinentes", indicó la multinacional a través de un hecho relevante. Las imposiciones del regulador brasileño se reducen a dos propuestas: que Telefónica se desprenda de su filial de móviles Vivo y la venda a algún inversor sin presencia en el mercado brasileño de telecomunicaciones; o bien que la compañía española salga del accionariado de Telecom Italia, dejando libre de sospecha cualquier injerencia en Brasil Telecomunicaçoes. Venta de la filial brasileña En espera de que los jueces determinen lo que consideren, Telefónica pone en tela de juicio odo el proceso a golpe de recurso. Esa decisión abre un plazo mínimo de 18 meses, lo que permitirá analizar la multitud de posibilidades que pueden producirse en tan dilatado plazo de tiempo. Los analistas consultados por este periódico consideran que, una vez abierta la vía de los recursos, Telefónica y Telecom Italia ganan tiempo para diseñar la estrategia que determinen en Brasil, sin la presión del regulador de aquel país. Entre las posibles vías de solución gana fuerza la venta de TIM Brasil a un consorcio de inminente formación, integrado por los tres mayores operadores brasileños: Telefónica, Claro y Oi. El reparto entre los tres jugadores se realizaría de forma equitativa y con un precio interesante para todos los accionistas de Telecom Italia, tal y como ya informó este periódico el pasado 11 de diciembre.