Draghi descarta exigir ahora capital por dichos títulos para estimular el crédito"La deuda soberana va a ser estresada como el resto de categorías de activos en balance de los bancos". La confirmación ayer del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, de que la renta fija pública será sometida a tensión en las pruebas de resistencia supone un jarro de agua fría para la industria financiera de la periferia el euro y, de forma particular, para la española. No está claro si valorará los títulos a precio de mercado ni el grado de estrés que aplicará, pero la simple inclusión es mala noticia. Y es que la deuda supone casi el 7,7 por ciento de los activos totales del sector en España, y la inquietud es que se repita el escenario de 2011, cuando se cargó un descuento de valoración de entre un 2 y 5 por ciento a los bonos a vencimiento. El BCE no quiere sorpresas cuando en noviembre de 2014 asuma la supervisión de los bancos del euro, motivo por el que auditará previamente la calidad de los activos y sus riesgos y cerrará el examen con una prueba de esfuerzo. En la revisión de balance no aplicará quita alguna a la deuda, el riesgo es que sí considere de peor calidad aquellos títulos emitidos por países periféricos, frente a, por ejemplo, la de Alemania, en el test de estrés proyectado para comprobar la fortaleza de las entidades ante crisis agravadas. Los títulos soberanos se consideran por definición exentos de riesgo en la contabilidad bancaria. Pero los severos ataques especulativos sobre el euro pusieron en evidencia la posibilidad de impagos o quitas por parte de los Estados y despertó el debate sobre la necesidad de calificarlos como el resto de activos de riesgo. Draghi descartó ayer en su comparecencia en el Parlamento Europeo que el BCE vaya a castigar la tenencia de títulos soberanos fijando ponderaciones de riesgo a los distintos gobiernos y exigiendo, por tanto, a las entidades colchones de capital diferentes según la procedencia de la renta fija en su poder. "Esta no es la tarea para nosotros o para ahora", indicó el presidente del BCE, si bien agregó que es una cuestión "global" que "será discutida en el Comité de Basilea en el momento apropiado". Más capital por la deuda Se excluye a corto plazo pero el debate sigue abierto. El mismo economista jefe del BCE, Peter Praet, reflexionaba ayer en el Financial Times que si los bonos resultan tratados "de acuerdo con el riesgo que representan para el capital de los bancos", se limitaría el aliciente para las entidades de acumular bonos a manos llenas y serían más proclives a usar la liquidez obtenida en el BCE para conceder el necesario crédito, informó ayer Europa Press. Junto al riesgo inherente a la volatilidad en la valoración de los bonos, Draghi está preocupado por el cerrojazo del crédito y ha expresado en multitud de ocasiones su malestar con que los fondos suministros en la ventanilla del BCE acaben financiando a los Estados. Durante los momentos más difíciles de la crisis, las entidades acumularon deuda pública a manos llenas. A finales de septiembre copaban 254.069 millones de euros o el equivalente al 37,68 por ciento de los 674.151 millones en títulos del Tesoro a vencimiento. Con el negocio estrangulado, tomaron dinero barato del BCE -al 1 por ciento en las subastas extraordinarias a tres años- y adquirieron bonos con rentabilidades del 4 por ciento, sin que el dinero llegase a la economía en forma de financiación. Una práctica, denominada carry trade, que contribuye a construir las cuentas, al generar el 26 por ciento de los ingresos financieros. Draghi advirtió recientemente que si se produce una nueva operación de refinanciación a largo plazo se asegurará de que se utiliza para que el crédito fluya para las familias y no para carry trade.