Pescanova anunció ayer una reformulación de las cuentas, ya auditadas, que supone elevar las pérdidas consolidadas declaradas en el último ejercicio hasta 791,4 millones de euros, es decir, el triple del año anterior. Deloitte, el administrador concursal del grupo, ha certificado además la existencia de un patrimonio neto negativo de 1.487 millones, frente a los 790 millones de 2011. La deuda financiera neta a 31 de diciembre del año pasado se sitúa en 3.247 millones mientras que el volumen neto de la cifra de negocios alcanzó los 1.465 millones, un 8 por ciento más que el año anterior. Tan sólo la sociedad matriz, Pescanova SA, tuvo en 2012 unas pérdidas después de impuestos de 569 millones de euros, con una deuda de 2.438 millones. Hay que tener en cuenta, no obstante, que la deuda actual consolidada supera los 3.644 millones de euros. Pese a este sangría de pérdidas, el consejo de administración de Pescanova ganó el año pasado 2 millones de euros, lo que supone un 6 por ciento más que un año antes. Y eso cuando estaba ya a punto de estallar el escándalo financiero y la compañía se estaba quedando sin liquidez. Los consejeros ejecutivos ganaron, de hecho, 1,1 millones, un 11,6 por ciento más. BDO, el auditor de las cuentas, ha puesto varias salvedades en las mismas al no poder certificar gran parte de las partidas por falta de información. "Resulta de hecho impracticable una cuantificación con mayor nivel de exactitud", asgura BDO al referirse no sólo a los datos de 2012, sino también a los de 2011. "Si hubiera sido posible disponer de información exacta, algunos importes podrían haber sido diferentes", dice el auditor.