El Banco de España descarta que garantizar el crédito fiscal suponga una "merma significativa de ingresos públicos"El Estado asume el compromiso de avalar 30.000 de los 50.000 millones de euros en activos fiscales diferidos de la banca, pero el riesgo para el Erario será mínimo, estimó ayer el Banco de España. El organismo supervisor descartó que vaya a suponer una "merma significativa de ingresos públicos" porque dichas garantías se ejecutarían solo en supuestos de reducida probabilidad de ocurrencia. Y es que la activación de la garantía contra la Hacienda Pública solo se da bajo tres escenarios: una insolvencia del banco que aboque a su liquidación, que sea incapaz de deducirse el colchón de activos fiscales contra resultados de 18 ejercios o presente pérdidas contables. Hasta ahora, en España no se ha liquidado entidad alguna. Antes de llegar a ese extremo se subasta y vende el banco. En el sector dan por poco probable que una entidad sea incapaz de ganar lo suficiente en 18 años como para deducirse los créditos fiscales, generados en su mayoría por el fuerte ejercicio de provisiones acometido para sanear el balance y la exposición al ladrillo. El mayor riesgo es la posibilidad de ejercer el derecho contra la Hacienda en caso de incurrir en pérdidas. Para este supuesto, la ley fija límites: solo se podrán deducir un importe de activos fiscales en función de sus fondos propios. En caso de ocurrencia el Estado entregará títulos de deuda. El Gobierno resuelve con el aval una situación de desventaja de la banca española. Con la entrada en vigor de Basilea III, los activos fiscales diferidos dejaban de computar del capital de forma progresiva -un ritmo del 10 por ciento anual-, salvo que el Estado garantizase su materialización. La inmensa mayoría de países (Italia, Francia, Alemania, Brasil...) ya habían puesto soluciones para evitar el deterioro de solvencia de sus bancos. El impacto de Basilea III podría haber sido notable, ya que el sector español es el que mayor volumen de activos fiscales diferidos ha acumulado por las ingentes provisiones acumuladas para sanear los balances de la morosidad y exposiciones inmobiliarias. El cambio resuelve parcialmente el impacto, pero el Banco de España recordó que seguirá siendo de las más estrictas, al no permitir, como en otros países, compensarla contra impuestos pagados en ejercicios anteriores.