Camufló gastos personales de 10.349 euros como eventos y cursos de formación Fiestas infantiles, cumpleaños de los niños y de la Infanta Cristina, caterings, muebles para la casa, obras y hasta un asesor personal (coach) y un curso de baile para aprender merengue y salsa. Prácticamente todos los gastos en los que incurrían en los últimos años los duques de Palma, Iñaki Urdangarin y la hija del Rey, se pagaban, presuntamente, con fondos públicos desviados de las instituciones a través de la empresa patrimonial Aizoon, que comparten al 50 por ciento y de la que la Infanta es ahora mismo presidenta. En concreto, según el informe del grupo de delincuencia económica y delitos tecnologícos, que firma la inspectora jefe y que ha sido remitido al juzgado, la Infanta Cristina pagó servicios se asesoramiento y coaching para ella y su marido por un importe de 6.672 euros a Margarita Martí Ripoll, en septiembre de 2007, a través de Aizoon. También, 1.402 euros a la compañía Kate Shima Nagata por un catering de comida japonesa para lo que, según los investigadores, podría ser su propia fiesta de cumpleaños. Del mismo modo también, Urdangarin habría pagado otros 707 euros a Carmen Batlle Pifarre por el curso de baile a domicilio. En concreto, el duque de Palma recibió clases de salsa y merengue. Animación infantil Los gastos incluyen asimismo 480 euros para la animación infantil en la fiesta de cumpleaños de uno de sus hijos y otros 338,72 euros para la decoración de globos en el domicilio familiar, entre otras facturas que se van desglosando a lo largo del informe. La mayoría de estos contratos los organizaba Julita Cuquerella, como asistente personal y secretaria de Urdangarin. Las facturas aportadas por Aizoon justifcaban estos gastos, que alcanzan los 10.349 euros, como "organización de eventos", "asesoramiento", "cursos de formación" o "servicios de coordinación y organización". Unos conceptos que trataban de simular gastos clásicos de una empresa como Aizoon, pero que realmente escondían decoraciones para fiestas infantiles, organización de cumpleaños o clases de baile y oratoria para los duques, tal y como explicaron las empresas a preguntas de la policía (ver gráfico). Ahora, será tras analizar la documentación y consultar a las acusaciones cuando el instructor del caso Nóos, José Castro, decida si imputa de nuevo a la Infanta. Con todos los datos reunidos hasta el momento y los que restan por presentar por parte de la Agencia Tributaria, el juez quiere esclarecer si la hija del Rey Don Juan Carlos habría incurrido en un delito de blanqueo de capitales a través de Aizoon, que es una de las mercantiles del entramado empresarial de Urdangarin y su exsocio Diego Torres. Tanto la Policía como el propio juez instructor del caso Nóos, José Castro, sospechan, sin embargo, que estos últimos pagos son tan sólo un elemento más entre las facturas emitidas por el matrimonio con cargo a Aizoon. Y es que Urdangarin y la Infanta pagaron tanto la mansión familiar en el barrio barcelonés de Pedrables, como las obras de remodelación e incluso el mobiliario del palacete a través de esta sociedad. Fondos públicos El juez Castro apunta a que una parte de los ingresos que recibía Aizoon provenían de Nóos, la sociedad sin ánimo de lucro a través de la cual el duque y su ex socio Diego Torres cobraron más de seis millones de fondos públicos por organizar unos congresos infinitamente más baratos. Según los escritos del instructor, Urdangarin presuntamente facturaba a Nóos de contratos de asesoría y la elaboración de estudios e informes que nunca se llegaban a realizar con el único objetivo de desviar los fondos públicos.