La estatal mexicana asegura que no han logrado los resultados deseables para sus accionistasEl presidente de la española mantiene en un euro el dividendo y logra el apoyo a su estrategiaEl consejo de administración de Repsol respaldó ayer la gestión de la petrolera, encabezada por Antonio Brufau, aunque el representante de Pemex, Arturo Henríquez, votó en contra en este punto, lo que abre la puerta a que la compañía expulse a este accionista de su máximo órgano de gestión por haber incumplido la alianza industrial firmada en 2010 donde se comprometió a apoyar a la dirección del grupo. El resto de miembros del consejo (La Caixa, Sacyr y Temasek), junto a los consejeros independientes cerraron filas en torno al equipo de Brufau y mostraron su pleno apoyo a su estrategia y a la gestión que viene desarrollando el equipo de dirección, conforme a las mejores prácticas de gobierno corporativo. Según explicó la compañía en un comunicado, "todo ello se evidencia tanto en las tasas de crecimiento, como en resultados positivos y en rentabilidad de la acción y confirma el refrendo que los accionistas les vienen prestando por inmensa mayoría a través de su voto en las juntas generales de accionistas". Por contra, Pemex justificó su voto en contra en que, a su juicio, Repsol no ha ofrecido los resultados deseables para la compañía y sus accionistas. Tal como se preveía, el máximo órgano de gestión también "valoró positivamente", y sin fisuras, el preacuerdo alcanzado el pasado lunes entre Argentina, México y España para compensar a la petrolera por la expropiación de YPF con 5.000 millones de dólares (3.700 millones de euros) en bonos soberanos argentinos. En concreto, la petrolera dio el pistoletazo de salida para negociar con el país austral la letra pequeña del principio de acuerdo. En medio de una gran expectación mediática, por tratarse de la solución al mayor expolio sufrido por España, el máximo órgano de gestión de la petrolera acordó que el proceso de negociación deberá "atender a las exigencias que plantea la complejidad propia de un asunto tan relevante y responder a los términos y garantías apropiados para asegurar su eficacia". Antes de desactivar todos los pleitos en marcha, las partes tienen que ponerse de acuerdo en el calendario de los bonos, que serán emitidos en dólares, así como su rentabilidad. Las partes de la negociación han activado cláusulas de confidencialidad. Además, se han comprometido a estudiar las garantías precisas para el cumplimiento y la renuncia a nuevos procedimientos judiciales. De ahí que Repsol busque ahora blindar jurídicamente el pacto, al igual que Argentina debe contar con el visto bueno de su Parlamento. El preacuerdo recoge los principios básicos exigidos por la compañía para llegar a una solución negociada: activos líquidos y con plena libertad para su posterior transmisión a terceros sin restricciones. Repsol tiene contabilizado el activo de YPF por 5.436 millones de euros, por lo que perdería con este acuerdo 1.700 millones, aunque la pérdida neta será inferior en unos 500 millones por el efecto fiscal y puede sufrir otras variaciones por el método de contabilización o las diferencias de cambio. La nacionalización de YPF ya se convirtió en sus inicios en una cuestión de Estado y la solución no iba a ser menos. De hecho, el ministro de Industria, José Manuel Soria, ha jugado un papel clave en este acuerdo porque fue el interlocutor elegido por Brufau para trasladar la oferta al secretario de Estado de Energía de México, Pedro Joaquín Coldwell, y el director de Pemex, Emilio Lozoya, quienes a su vez han sido los interlocutores de Argentina. Soria dejó ayer claro que, a pesar de este preacuerdo, el Gobierno argentino y Repsol deben definir ahora las condiciones del mismo, como el instrumento financiero, la forma de vencimiento, la cuantía, el plazo y el periodo. "El Gobierno español y el mexicano propiciaron el encuentro, del que salió un acuerdo basado en dos puntos, que haya compensación económica y que sea con instrumentos líquidos", añadió. Soria también con Brufau Además, el ministro apoyo de forma contundente la actual gestión del grupo porque él mismo ha informado en todo momento al máximo directivo de la petrolera, quien envió una delegación de la compañía "al máximo nivel" para negociar. La compensación que ahora se negociará ha alejado los fantasmas de un posible recorte de dividendo que ya estaba descontando el mercado, en tanto que el resultado de la petrolera cayó un 17 por ciento en los nueve primeros meses debido, principalmente, a las interrupciones en Libia. Así y a pesar de que el ingreso de la compensación por YPF es aún lejano, la petrolera ha querido hacer un guiño a sus accionistas. En concreto, el consejo de administración también dio luz verde de forma unánime a una nueva edición del dividendo flexible -en efectivo o en acciones- y mantuvo la retribución al accionista en torno a un euro, al proponer un pago de 0,50 euros bruto por acción para el dividendo a cuenta (sujeto a los correspondientes redondeos de las fórmulas previstas). El pago en efectivo de dicho dividendo será el 14 de enero del próximo año, mientras que el día 17 de enero es la fecha estimada en la que cotizarán los nuevos valores.