Serunión y Mediterránea rechazaron ya la compra tras realizar una auditoríaEl empresario Arturo Fernández, presidente de la patronal madrileña CEIM y vicepresidente de la CEOE, intenta por tercera vez en un año la venta de su grupo. Después de que Serunión y Mediterránea de Catering rechazaron la compra de su división de colectividades tras una auditoría interna o due dilligence de las cuentas, Fernández anunció ayer que esta misma semana cerrará la venta del 51 por ciento de la totalidad del grupo Arturo Cantoblanco por un importe que estará entre 50 millones y 70 millones. Reparto del capital Tras la operación, y según explicó el empresario madrileño, se mantendrá como primer ejecutivo de la compañía, con un 49 por ciento del capital y dos consejeros, mientras que su nuevo socio ostentará el cargo de consejero delegado y contará con otros dos miembros en el consejo de administración. Se trata de un acuerdo para todo el grupo, que regenta restaurantes y da servicios a hoteles, colegios y organismos públicos, con una plantilla que ronda los 3.800 trabajadores en más de 180 establecimientos que ofrecen más de 50.000 comidas diarias. El empresario declinó dar ningún nombre sobre el nuevo comprador, aunque insistió en que se trata de una empresa con matriz española. La compra, en cualquier cosa, estaría pendiente de una auditoría. El grupo Arturo Cantoblanco trata así de reducir su deuda y reestructurar su complicada situación financiera. De hecho, después de perder el contrato en el Congreso, está a punto de perder, entre otros, el que tiene con Ifema, debido a una deuda de cerca de 2 millones de euros, después de que no haya pagado el canon casi desde su entrada, el 1 de enero de 2011.