FCC, OHL y Sacyr cancelan el ajuste por un Erte de seis semanas hasta 2017 La huelga de limpieza en Madrid, que ha dejado la ciudad repleta de desperdicios y basura, acabó ayer después de que las empresas concesionarias cancelaran sus planes de despedir a una quinta parte del personal tras doce días de paros. Las calles y los parques de Madrid han acumulado grandes cantidades de basura después de que miles de barrenderos dejasen su trabajo el 5 de noviembre, en protesta por los planes para despedir a 1.134 de los 6.000 operarios de mantenimiento de la ciudad. La situación ha desanimado a residentes y turistas por igual y la huelga se ha convertido en una de las manifestaciones más visibles de la crisis económica y presupuestaria de España, que ha acometido recortes en el gasto en escuelas, hospitales y mantenimiento. La economía acaba de dar un giro y comienza provisionalmente a repuntar, pero uno de cada cuatro trabajadores está en el paro. Las filiales de limpieza viaria de las empresas de infraestructuras OHL, Sacyr y FCC, todas con contratos con Madrid, habían dicho que no podían mantener el nivel de personal con los recortes. Tras negociaciones maratonianas desde el viernes hasta la madrugada del domingo, la patronal y los sindicatos alcanzaron un nuevo acuerdo bajo el cual no se producirá ningún despido, pero todos los trabajadores estarán seis semanas al año sin sueldo hasta 2017, con la aplicación de un Erte. "Quedamos muy satisfechos porque los despidos se han retirado" dijo a periodistas Roberto Tornamira, secretario general de la federación de servicios de la Unión General de Trabajadores, (UGT). El acuerdo también incluye bajas voluntarias con una indemnización de 28 y 29 días por año trabajado, y excedencias a 5 y 10 años con remuneraciones que serán del 50 por ciento y del 75 por ciento, respectivamente, del salario bruto. Los trabajadores ratificaron en la trade de ayer el acuerdo en asambleas y señalaron que, aunque mañana se desconvocará oficialmente la huelga, los turnos de limpieza comenzarán a partir de la noche con normalidad a pleno rendimiento, señaló a Reuters Félix Carrión, de Comisiones Obreras. Servicios mínimos sin cumplir Desde el viernes trabajadores temporales escoltados por la policía municipal comenzaron a limpiar las calles de la capital, después de que la alcaldesa Ana Botella dijera que las empresas no habían cumplido con los servicios mínimos del 40 por ciento a los que estaban obligados contractualmente. El Ayuntamiento anunció una demanda contra las concesionarias y se vio obligado a ofrecer un servicio extraordinario a Tragsa para llevar a cabo las tareas de limpieza. Esta empresa contrató a través de agencias de empleo temporal a unos 200 empleados el viernes para realizar el trabajo. La recogida de basuras puerta a puerta en la ciudad no se ha visto afectada por la huelga, salvo en el centro, que mantienen solo los barrenderos de calles y jardines, pero las papeleras de calles y parques no se han vaciado todavía.